La plantilla y las seis horas diarias con el ‘profesor’ Rubi
Dos entrenamientos, una sesión de vídeo y cinco charlas individuales es la rutina que ha implatando el técnico en la Vall d'en Bas.
“¡Los perfiles!”. “¡Poned bien el cuerpo!”. “¡Si estás solo, conduce!”. “¡Jugad por dentro!”. Rubi no para de dar instrucciones en las sesiones de entrenamiento en la Vall d’en Bas. El entrenador actúa de profesor, intentando corregir y orientar a sus jugadores, transmitiendo conceptos ya sea en el calentamiento o en la parte principal de las jornadas a pie de campo. “Si mejoran los jugadores, mejora el equipo”, explican desde su cuerpo técnico, que ponen el foco en cada uno de los futbolistas.
Por su carácter de formador (con su experiencia en el filial perico o en conjuntos de inferior categoría), el técnico catalán cree en la vertiente pedagógica en la dirección de equipos, y así la está aplicando en este comienzo de la temporada con el Espanyol. El equipo acumula una media de seis horas al día de fútbol, ya sea en el campo, en la sala de vídeos o con las charlas individuales que organiza el cuerpo técnico, con el objetivo de transmitirle el modelo de juego a sus futbolistas y también conocerse mejor.
La plantilla está empezando los entrenamientos a las 9:00, con una parte inicial de prevención de lesiones y una parte central principalmente técnica y física. Por las mañanas, Rubi va introduciendo las instrucciones tácticas de forma progresiva. La sesión se alarga en ocasiones a poco más de las 11:00. Hasta las 13:00, cuando la plantilla come en el Hotel Vall de Bas, los futbolistas tienen disponibles a los fisioterapeutas para recuperarse o tratarse si lo necesitan.
Por la tarde, llega la parte más atípica. Rubi realiza de 17:00 a 18:00 charlas individuales con los jugadores, una media de al menos cinco al día. Una eficaz fórmula para transmitir mejor las ideas, de una manera directa, y de conocer mejor la manera de pensar del futbolista. De 18:00 a 19:00 la plantilla atiende una sesión de vídeo y de explicación de los técnicos, justo antes de coger el autobús para empezar el último entrenamiento del día, más distendido y táctico, donde Rubi trabaja por líneas o de manera colectiva.
El cuerpo técnico apenas descansa en la primera estadía, corrigiendo los ejercicios o añadiendo nuevos en función de la fatiga de los jugadores. Un ritmo frenético que demuestra la pasión del técnico porque los jugadores del Espanyol sea mejores después de cada entrenamiento. El primer aspecto visible del profesor Rubi.
