La pretemporada 2018-19 es una reválida para Vitolo en el Atleti
El canario tiene ventaja sobre Lemar: está ya, desde el día uno, para ganar su sitio, hacerse fuerte y volver a ser aquel que fue en Sevilla.
"Cuando existen ganas, todo es posible”. El 15 de junio el gimnasio se colaba ya entre las vacaciones de Vitolo. Es uno de los diez futbolistas del primer equipo que el miércoles estaban en el Cerro para iniciar el trabajo con el Atlético. Lo que viene, para él, es más que una pretemporada. Es una reválida.
Su nombre fue uno de los del pasado verano. Su renovación por el Sevilla anunciada por su presidente, la llamada de Simeone, el cambio de tercio, Vitolo pagando la cláusula, fichando por el Atleti y viajando a Las Palmas, la cantera de la que surgió. El Atlético no podía inscribir jugadores hasta enero de 2018, por la sanción FIFA. Media temporada la pasaría en Canarias. Nada fue como esperaba.
Las lesiones lo impidieron. Jugó un partido. Se lesionó. Dos fuera. Se recuperó. Dos partidos. Otra lesión. Microrrotura en el bíceps femoral. Dos partidos más fuera. Volvió. Logró enlazar ocho seguidos, recuperaba sensaciones, forma, pero en el último, ante el Depor, Copa, dieciseisavos de final, lágrimas. Había vuelto a romperse. De nuevo el bíceps femoral. Era 29 de noviembre. No volvería a vestir de amarillo. Viajó a Madrid para recuperarse en el Atleti. Jugó su primer partido el 3 de enero, como Costa. Pero el de Lagarto ya conocía la pizarra del Cholo, a él le costó entrar.
Vitolo tardó seis partidos de Liga en ser titular. Quizá le faltaba aún el físico, esa chispa del Vitolo del Sevilla. Fue en la Europa League, su competición, ganó tres en Sevilla, donde la recuperó, brilló. Acabó la temporada fuerte. Pero volvió a romperse al final: no pudo jugar en Lyon. En total, entre Las Palmas y el Atleti, jugó 1.880’. Desde la temporada 2010-11, la de su debut, no jugaba tan poco. Por eso el miércoles era uno de los primeros en llegar al Cerro, con la piel color tatuaje, de morena, y los músculos a punto. No quiere que el físico esta vez falle.
El gran fichaje de este verano es su competencia, Lemar. Pero Vitolo en algo le aventaja. Lemar, que jugará mañana la final del Mundial, no llegará hasta la Supercopa de Europa (15 de agosto), si llega entonces. Vitolo está desde el primer día. Paliza a paliza con el Profe. Y quien le conoce, quien ha trabajado, jugado con él, lo dice: es un hombre para el Cholo. Su esfuerzo no se negocia. Nunca. Bien lo saben las pesas del hotel Salobre de Gran Canaria donde comenzó a prepararse el 15 de junio.