El CF Bosc de Tosca, anfitrión improvisado del Espanyol
El primer equipo se ha entrenado estos días en las instalaciones de un club que ha cumplido 40 años, que tiene 22 equipos de fútbol base y que le sirve de vivero al Olot (Segunda B).
Entre las localidades de Olot y Les Preses, en medio de un pequeño bosque de encinas y pinos, se ubica el campo de fútbol de césped natural del CF Bosc de Tosca, club que acoge los primeros entrenamientos del Espanyol en su estadía en la Vall d’en Bas debido a las lluvias de los primeros días y a la ternura del césped del campo principal de Royal Verd. La plantilla irá normalizando los entrenamientos estos días.
Carles Roura es uno de los trabajadores de la empresa Royal Verd y está al cargo de los servicios de jardinería del Espanyol en esta estadía. Conoce a la perfección el club y el fútbol en la zona. “Hay muchos pericos en la comarca. Obviamente, hay más aficionados del Barcelona, pero la gente por encima de todo es futbolera. El pasado jueves había mucha gente viendo el entrenamiento, sobre todo niños”, comentó Roura. “¿Cómo se llama ese entrenador de porteros? Mi padre habla mucho de él...”, preguntaba un niño en la grada refiriéndose a Tommy N’Kono.
El CF Bosc de Tosca es un club que tiene 22 equipos de fútbol base y un primer equipo que milita en la Segunda Catalana y que, la temporada anterior, estuvo a punto de ascender de categoría. “Perdimos la promoción en el último partido”, recuerda Roura. No tiene equipos femeninos, por lo que las niñas se tienen que ir a Olot o otros conjuntos. Una asignatura pendiente.
“Al margen de este club, Les Preses también tiene un club de fútbol con 15 equipos más. Ahora mismo debemos compartir campo ya que ellos están cambiando el césped”, apunta Roura. Las instalaciones del Bosc de Tosca cuentan con un campo de fútbol natural y otro artificial, un lujo que cuenta con el respaldo del Ayuntamiento. “Aquí hay mucha afición al fútbol, hay campos que se llenan”, dice. El Olot no pierde ojo con el Bosc de Tosca, y se lleva siempre a sus mejores jugadores.
Como fueron Peralada o Garòs en su día, la Vall d’en Bas será desde estos días y en el futuro un poco más perica. El Espanyol recupera esta temporada su tradicional estancia en el interior de Cataluña.