El fichaje más difícil de Abramovich
Sarri consiguió desvincularse del Nápoles después de que el Chelsea ya hubiera iniciado la pretemporada con Conte todavía como entrenador.
Maurizio Sarri ha sido por fin confirmado como un nuevo entrenador del Chelsea tras un culebrón que lo ha convertido en uno de los fichajes más complicados de la era Abramovich. Si hubo un entrenador sobre quien pendió la amenaza de la guillotina durante buena parte de la temporada pasada, ese fue Antonio Conte. Las voces que anunciaban la destitución del aún técnico del Chelsea fueron intensas desde septiembre. Los pobres resultados del equipo (finalmente quedó fuera de la Champions), sus conflictos con la directiva o la traumática salida de Diego Costa le pusieron más de una vez en la picota.
Sin embargo, la búsqueda de un nuevo entrenador por parte del Chelsea se encalló y Conte inició la pretemporada blue dirigiendo los entrenamientos del conjunto londinense, aunque su estancia tenía fecha de caducidad. El Chelsea tenía apalabrado a Maurizio Sarri y su llegada solo estaba a expensas de que el que fuera entrenador del Nápoles solucionase su desvinculación del club que preside Aurelio De Laurentiis.
El banquillo napolitano tenía nuevo inquilino, Carlo Ancelotti, desde hacía ya semanas, pero Sarri continuaba vinculado contractualmente al club de San Paolo hasta 2020 y De Laurentiis no estaba dispuesto a facilitar la rescisión del acuerdo. Las informaciones en Italia apuntaron a que el mandatario llegó a exigir hasta 30 millones de euros por la rescisión de Sarri.
Entretanto, Conte resistía y el lunes dirigía el primer entrenamiento de pretemporada sin tiempor que perder. La Premier comienza para el Chelsea el sábado 11 de agosto (visita al Huddersfield) y el proyecto blue tenía que arrancar. Ni siquiera ha habido fichajes en un verano en el que el nuevo plazo de cierre del mercado (será adelanta al jueves 9 de agosto) apremia. Todo estaba paralizado hasta que por fin se ha resuelto el culebrón Sarri. El que ha resultado ser el fichaje más difícil para Abramovich.