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OCTAVOS | COLOMBIA 1 - INGLATERRA (3-4)

Pickford es una mina

El portero del Everton mete a Inglaterra en cuartos tras parar a Bacca un penalti en la tanda decisiva. Kane hizo el 0-1 y Yerry Mina empató en el 93'. Suecia, su rival.

El Mundial más dramático de la historia nos regaló otra noche memorable por lo bueno (gol a última hora), lo malo (la crueldad de la tanda de penalties) y lo feo (el partido más bronco del torneo). Inglaterra había ganado solamente una tanda de las siete que había disputado. En la Eurocopa del 96, el seleccionador Gareth Southgate erró uno y los suyos quedaron fuera de la final. Pero el fútbol te da lo que te quita, aunque tarde a veces 22 años. Ayer Inglaterra venció su primer partido de cruces en doce años y lo hizo desde el punto fatídico.

Fue un partido que tocó disputar tanto con la cabeza como con el balón. En un inicio, Inglaterra fue dominando a partir de faltas y saques de esquina bien lanzados. No hay ningún otra selección que de tanto miedo a balón parado. El temor era por estadísticas pero también por la reacción de los cafeteros que defendían como si no hubiera VAR. Ya me entienden. En un córner, se cometió el tercer penalti no pitado a Kane y Mark Geiger fue avisando a los colombianos y tomando nota.

Si Quintero no sacaba un latigazo de algún lado, Colombia no encontraba la manera de abrirse paso. Inglaterra mostró gestos de selección madura: se dejó dominar, estuvo muy organizada y se soltaba, sin locuras, en ataque. Se le pide juego a Dele Alli y a Lingard, detrás de los arietes, pero son delanteros, les faltaba paciencia. Así que surgieron otros: poco a poco Kane se fue apoderando de espacio y liderazgo, enseñando el camino. Aguantaba el balón, lo descargaba, abría a la banda, defendía, provocaba faltas. Estuvo inmenso.

Igual fue la insultante portada del Sun o quizá la frustración de los colombianos que no podían responder con juego a la pasión que les venía de la grada. El caso es que el partido se fue calentando a partir de una jugada clave. Doble cabezazo de Barros a Henderson que intentó ayudar al árbitro cayéndose espectacularmente al suelo. Era roja, pero el desbordado trencilla norteamericano le sacó solo una amarilla.

En la segunda mitad más de lo mismo. Ninguna acción de peligro colombiana, balón parado inglés. En un córner, agarraron a Kane y penalty. Los colombianos, que jugaron sobre el césped y en la sala del VAR, buscando el conflicto y la presión al árbitro, habían agotado el crédito y la paciencia de Geiger. Kane marcó su tercer penalti del mundial. Entre bronca y bronca, los cafeteros fueron echando atrás a Inglaterra que se sintió cómoda. Casi al final un tiro a la segunda gradería de Cuadrado y un paradón de Pickford a tiro lejano de Uribe pareció haber cubierto el cupo de ocasiones, pero el consiguiente saque de esquina produjo otro momento dramático en este Mundial, quizá el más entretenido de la historia. Lo marcó un cojo Mina.

En la prórroga y en la cargada atmósfera del estadio, Colombia se fue creciendo y los ingleses perdieron el control aunque tuvieron tres buenas ocasiones. Y llegó la tanda. Y surgieron, para siempre, los héroes (Pickford sobre todo) y los villanos, Uribe y Bacca que, aunque lo intenten en sueños, no podrán tirar el reloj atrás.