Espanyol: el castillo de naipes de Chen frente al vendaval
La revolución tranquila planteada hace dos años y medio en el Espanyol se ha convertido en una trituradora de cargos, desde la directiva y el Consejo al banquillo. El último, Rousaud.
29 meses se cumplieron el pasado jueves desde la llegada oficial de Chen Yansheng a la presidencia del Espanyol. Una revolución en la historia y el devenir del club, que tenía como propósito el saneamiento y la estabilidad perdidos en el tiempo. Dos años y medio después, el objetivo se ha cumplido a medias: no corre el Espanyol un riesgo real de desaparición o descenso administrativo como entonces, pero la consistencia y continuidad del proyecto se han diluido como un azucarillo.
La dimisión de Adolf Rousaud, anunciada un domingo por la tarde pese a que desde el club se asegura que estaba programada, es el último de los interminables movimientos en el seno de la entidad. De hecho, en el órgano de gobierno solo queda un consejero no asiático de cuantos se nombraron el 21 de enero de 2016: Carlos García Pont. Por el camino, antes que Rousaud fue destituido Ramon Robert, que también ejercía como consejero delegado, el pasado mes de enero, lo que entrañó el fichaje de Roger Guasch como director general corporativo.
Solo se mantienen firmes los cuatro consejeros de origen chino nombrados hace dos años y medio: Mao Ye Wu, Lu Zuilan, Wang Lirong y Zheng Zefeng. Incluso en ese sentido hay novedades, ya que en diciembre de 2016 incorporó Chen a Hongyuan Wang, gestor experto en fondos de inversión. Por su parte, Huang Ting, encargado del plan estratégico y consejero de Rastar, ya no aparece a día de hoy en la lista oficial del club: según el Boletín Oficial del Registro Mercantil (BORME), dejó su cargo el pasado mes de febrero.
Entrenador, director deportivo, cantera, servicios médicos…
Fuera del Consejo, la revolución tranquila que debía significar el aterrizaje de Rastar se ha convertido en una trituradora de cargos. Obviamente, ya no están en el club Quique Sánchez Flores ni Ángel Gómez, entrenador y director deportivo con los que arrancó el proyecto, hace ahora justo dos años.
Pero ni siquiera el sucesor de Gómez, Jordi Lardín, sigue en el Espanyol. 12 meses atrás, cambió también la coordinación de la cantera (en manos ahora de Álex García y Fran Navarro), de los servicios médicos, que de Antoni Turmo pasó a Manuel González y del fútbol femenino, del que se encarga Lauren Florido.
El retorno al club de Óscar Perarnau, hace un año, significó la creación de la nueva figura de director general deportivo, aunque sus atribuciones han aumentado significativamente mientras se busca un director de fútbol profesional, un cargo hasta ahora inexistente. También necesita el Espanyol un portavoz, figura tan necesaria como añorada.
Y, tras la marcha de Rousaud, se reestructurará el Consejo para potenciar la parte más deportiva y social. Tal vez menos tecnocracia y mayor proximidad es lo que precisa el socio del Espanyol, ahora convertido en cliente: otro de los innumerables cambios en estos últimos dos años y medio. La presencia en estos momentos en China de Perarnau, Guasch, Mao y el entrenador Joan Francesc Ferrer, Rubi, debería arrojar algo de luz.
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