Lo que hay que mejorar ante Portugal: físico, profundidad...
Todo eran risas hasta que un empate y una victoria apretada en la antesala del Mundial han generado algunas dudas en torno a la Selección española.
Un empate tan inmerecido como inesperado ante Suiza y una victoria tan justa como sosa contra Túnez tienen a España entre la alarma y la calma. La base, cimentada por Lopetegui con victorias y empates, sin ninguna derrota, se ha tambaleado ligeramente en un punto delicado, justo antes del Mundial, cuando no conviene sacar excesivas conclusiones pero sí vigilar ciertos déficits que convendría atajar. Aspas, el 9 de guardia, ya ha avisado: "Teníamos mejores sensaciones antes de la concentración".
Dudas con el físico
Más en Krasnodar que en Vila-real, se percibió una España algo fatigada. Es el lógico contrapunto a tener un equipo de estrellas, algunas de ellas menos resplandecientes de lo deseado por la exigencia a la que les obligan sus temporadas en equipos de élite. Eso se sintió especialmente en la presión, menos frecuente y más retrasada de lo que venía siendo habitual con Lopetegui. También en la fantasía: a menos chispa, menos magia. Y en el repliegue, tardío y un poco desordenado, posibilitando que asomarse al gol fuese asequible para Suiza y Túnez.
Sin la profundidad necesaria
Es el mayor riesgo de esta Selección, la mejor amiga del balón al punto de que a veces, de tanto mimarlo, se pierde en un fútbol excesivamente barroco. "Hay veces que hay que chutar desde fuera del área, hay veces que tenemos que ser más directos...", reconoció Koke tras lo de Krasnodar, donde se echó en falta más fluidez, más verticalidad y, especialmente, más recorrido por parte de los laterales, dos de las armas secretas de esta España. Sólo la entrada de Lucas Vázquez, especialmente, y Asensio varió el guion hacia una línea más aperturista.
Justos de gol
La España del Mundial de 2010, seguramente la mejor de siempre, hizo del unocerismo una especie de seña de identidad. Con mucho orden y no menos paciencia, se movió por Sudáfrica hasta levantar la copa. Esta Selección recuerda a ratos a aquella. No marca mucho porque tira poco, un vicio en beneficio de madurar más las jugadas y manejar más firmemente los partidos. Frente a Túnez, se marchó al vestuario con un 70'7% de la posesión y sin ningún disparo a portería; de hecho, el primero llegó en el 64'. Al final, Iago Aspas maquilló el asunto, un rescatador como los que necesitará el equipo si los marcadores son tan ajustados en Rusia.
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