'Caso Griezmann': el Atleti ya retuvo a Saúl, Koke, Godín...
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Lo que el Atlético quiere con Antoine Griezmann, que a su entorno ya le habría confesado que su decisión es la de continuar y no irse al Barcelona, ya sucedió otras veces en el club rojiblanco. Con jugadores que ahora mismo visten rojiblanco y que recibieron grandes ofertas, mareantes, de grandes equipos. Pero se quedaron. Eligieron quedarse, que decía Fernando Torres. Saúl, Koke o Diego Godín.
Koke
Fue el mismo equipo que tienta a Griezmann quien le tentó a él. 2014. El año que el Atlético fue campeón de Liga con el mediocentro como uno de sus jugadores referencia. En los despachos culés se le consideraba el heredero natural de Xavi. Pero Koke eligió quedarse. El Atleti le renovó, le blindó, le convirtió en intransferible. "Acabábamos de ganar una liga. ¿Cómo me iba a ir?", reconoció el mismo jugador a Onda Cero años más tarde. El verano pasado, el Atlético le blindó todavía más. Koke es un Man Of The Club: su contrato es hasta 2024, toda la vida rojiblanco. Para Simeone es fundamental. Ya lo dijo hace dos temporadas en una rueda de prensa: "¿Intransferibles? Koke, Godín y poco más". Cuando juega puede no notarse, pero cuando no lo hace sí que se nota, falta el faro, la brújula de su bota, el equipo se pierde en los laberintos de las botas rivales.
Saúl
El verano pasado ocurrió lo mismo que con Koke, salvo que días más tarde. El Atlético le renovó y le blindó con una cláusula de 150 millones, un contrato hasta 2026. El Atlético había vuelto a conseguirlo: retener a uno de sus jugadores franquicia sobre el que los grandes tenían los ojos. El Barça era uno de ellos, lo reconoció el propio Gil Marín en una entrevista en diciembre en Onda Cero. En el verano de 2016, después de que su gol al Bayern en las semifinales de la Champions deslumbrara en Europa, le cerró la puerta a los clubes que le llamaban desde la Premier. The Sun lo contó de manera categórica: "Saúl desprecia el interés del Manchester United y Tottenham". Saúl eligió quedarse. También.
Godín
El Atlético pudo perderle en el verano de 2015. En el viaje de pretemporada a China del club rojiblanco las llamadas a Madrid eran constantes: Simeone a Godín, los compañeros a Godín, que se había quedado en el Cerro de particular pretemporada. Le pedían quedarse, olvidar ese brazo que desde Inglaterra le llamaba. Era de Pellegrini, su entrenador en Villarreal, entonces en el City. En Manchester estaban dispuestos a abonar su cláusula, 40 millones. Pero el charrúa, el otro intransferible en esa cuenta de Simeone, uno de los mejores centrales del mundo, también eligió quedarse: renovó con el Atleti, amplió su contrato hasta 2019. Aquí sigue. Su caso es un ejemplo a ese jugador que llama hermano en el vestuario, ese francés con el que ha fundado La banda del mate, Antoine Griezmann.
