Un año tras Cardiff: sigue el once, pero no el técnico
El adiós de Zinedine Zidane, el único y gran cambio desde la Duodécima. Los protagonistas sobre el césped han repetido.
La Duodécima llegó el 3 de junio de 2017. Ayer se cumplió un año de una foto que se repitió luego el 26 de mayo del presente año en Kiev con la Decimotercera. Keylor, Ramos, Kroos, Varane, Benzema y Cristiano al fondo. Y Casemiro, Marcelo, Carvajal, Isco y Modric en primer término. En la imagen superior, el once de Cardiff. En la imagen inferior, el once de Kiev. El mismo. En ninguna de las dos aparece el artífice del éxito, Zinedine Zidane. Pero un año después la afición madridista se ha encontrado con un mes de junio atípico. El sol no termina de salir desde que Zizou declinó seguir la próxima temporada...
Ese es el gran cambio más allá de la situación personal de cada futbolista. Cristiano aparece en ambas fotos curiosamente con cara de decir: “No veo nada claro mi futuro”. Un rostro muy diferente al de Ramos, con una sonrisa como si supiera que 90 minutos después fuera a levantar otra Copa de Europa como capitán. 13 días después de conquistar la Duodécima, salió aquella portada de A Bola: “Cristiano quiere abandonar España”. El misterio continúa un año después, esta vez alimentado ya sí en boca del propio jugador: “Fue muy bonito estar en el Madrid”. Keylor, más allá de su rapado de pelo (un par de semanas antes lucía una melena al estilo de De Gea), vive estos días lo mismo que todos los veranos desde 2015: el fichaje de otro portero más del gusto de los despachos. En 2017 sonó Donnaruma. Ahora, Alisson. Carvajal, con cara de concentrado siempre, tenía la amenaza de Danilo en 2017, aunque este verano podría ser Odriozola. Y la medio sonrisa de Marcelo: no tenía competencia en la plantilla de 2017 y en 2018 resultó ser Theo (el único futbolista que suspende la afición en una encuesta de As.com). Isco, al que llaman Magia, sigue poniendo cara de guapo: un año más le quitó el sitio a Bale. Modric, Varane y Casemiro son los hombres de hielo insaciables: sólo sonríen con la Orejona entre sus brazos. Y Karim, con hielo en las venas: igual mete un gol de museo en el Calderón como presiona de forma sorprendente a Karius y acaba siendo un héroe. Son los mismos futbolistas y similares caras. Pero ahora sin Zinedine Zidane, que con su adiós ha demostrado que muchas veces quien no sale en la foto puede llegar a ser el más importante...
