Karius, una carrera llena de obstáculos superados
Empezó de ariete, probó en el Manchester City, regresó al Mainz... Hace dos años, fue el segundo mejor portero de Alemania, tras Neuer.
En uno de los primeros tatuajes que se hizo Loris Karius (Biberach An der Riss) se puede leer, “otras cosas nos pueden cambiar, pero todo empieza y acaba con la familia”. Hacia su santuario familiar en su pueblo al sur de Alemania se ha dirigido el arquero tras sufrir dos momentos que forman parte para siempre del folclore futbolístico. Los que le conocen cuentan que sufrirá. Y mucho. Pero que de las cenizas resurgirá un Karius más fuerte, como ha ocurrido siempre. Su carrera es un devenir de obstáculos superados y de los que ha aprendido. Tiene 24 años.
A su padre, que le regaló una moto con cuatro años y le llevaba a participar en carreras, le tuvo que decir que abandonaba el motocross por el fútbol. Empezó de delantero, pero un día no apareció el guardameta y decidió rellenar el hueco cuando se pidió un voluntario. El entrenador ya no le quitó más. A los quince años dejó su familia para instalarse en Manchester tras aceptar la oferta del City. Entrenó con los mayores, incluido Joe Hart, pero pronto se dio cuenta de los límites de la aventura: el City no proyectaba jóvenes de la cantera.
Vivió solo y acabó regresando a su tierra. Al Mainz. Tuchel no le utilizó al llegar pese a convertirse, tras la expulsión del titular, en el más joven de la historia en debutar, con 19 años y cinco meses. “La cabeza no me funcionaba bien porque no entendía no jugar”, ha confesado Karius. “Pero me puse a trabajar todavía más duro”. Justo un año después de su debut le llegó una nueva oportunidad y ya no volvió a salir del equipo titular. Tenía 20 años.
Karius no es un portero cualquiera. Hace dos veranos, tras jugar más de cien partidos con el modesto conjunto alemán, salió hacia Inglaterra de nuevo con la etiqueta de segundo mejor portero de la Bundesliga tras Neuer, aunque, tras un paso irregular por el Liverpool, no está en la lista provisional de Alemania para el Mundial.
Klopp le había pedido a su departamento de ojeadores que estudiaran su personalidad y sus actuaciones, y el Liverpool lo compró por cinco millones de euros. Pero se lesionó en su primera pretemporada después de unas sesiones de entrenamiento espectaculares. Cuando se unió al grupo fue como empezar de nuevo. Finalmente en forma, Klopp se reunió en octubre de 2016 con los dos porteros para confirmar la titularidad de Karius en la temporada. Pero en diciembre le retiró de la “línea de fuego” tras cometer varios errores.
Esta temporada volvió a ganarse el puesto y ahora, tras la final de la Champions de Kiev ante el Real Madrid, deberá pelearse con el portero que seguramente se traerá el Liverpool este verano.