"Un ascenso en Vallecas es como ganar la Champions League"
Felines y Cota ya saben lo que es subir con el Rayo y lo recordaron con As. Ambos estarán en Vallecas este domingo y sueñan con celebrar el regreso a Primera: "El equipo saldrá enchufado".
Es imposible caminar por Vallecas sin que alguien les salude. Es su casa. Felines y Cota desarrollaron íntegramente su carrera en el Rayo y saben bien cómo se vive un ascenso a Primera. Felines participó en el primero (76-77) y dirigió el segundo (88-89), en el que tuvo en sus filas a Cota, quien suma cuatro (88-89, 91-92, 94-95 y 98-99). Vallecas se llenará el domingo con la esperanza de escribir otra página para la historia. Ambos estarán alentando a los suyos desde la grada.
“El Rayo saldrá mentalizado y enchufado ante el Lugo, se juega el trabajo del año y lo hará en casa. Se dan todos los alicientes para subir”, arranca Cota, a lo que Felines continúa: “El equipo está haciendo un campeonato fantástico, mejor de lo que muchos esperaban”. Difícil destacar algún nombre propio, pero Cota acepta el reto: “Me gusta el trabajo de Álex Moreno, el equilibrio que da Fran Beltrán, los goles de De Tomás y Trejo se ha involucrado tanto en defensa como en ataque”.
Eso sí, los tiempos cambian y también los jugadores. “No se chillan entre ellos. ¡Cuidado! ¡Tuya! Alvarito me decía: ‘Cuando me veas dormido... insúltame, cabréame. Los futbolistas deben ser más temperamentales”, afirma Felines, que no olvida la sensación de saltar a Vallecas: “Cuando ruge el estadio, te enervas y lo das todo”.
Si subir a Primera es especial, lograrlo por primera vez en la historia se torna inmortal. “Tengo fotos en las que se ve a la gente de pie. Nunca he visto el campo más lleno que ese día”, recuerda Felines, entrenador de un joven Cota en la 88-89. Aún se ríen con aquellas imágenes que se agolpan en su memoria. “Había brasileñas bailando por todo el campo, idea del entonces presidente Pedro García. ¡No teníamos sitio ni para calentar! Yo jugué con una rotura fibrilar e infiltrado. No salí, pero el año de Camacho (91-92) sí: me compré unos zapatos con la suela lisa y en la discoteca me metí un tortazo de narices. Un ascenso en Vallecas es como ganar la Champions. La afición va a meter el primer gol y el resto, el equipo”, argumenta Cota. Ahí, Felines matiza: “Los futbolistas son quienes tienen que animar a la gente. Para eso pagan una entrada. Entrenar o jugar en el Rayo es lo mejor que te puede pasar en la vida. Aquí históricamente no se meten con nadie: ni con técnicos, ni con jugadores...”.
Ambos mantienen la complicidad de antaño y los elogios vienen y van. “¿Cota? Hasta marcaba goles. Metió un pepinazo a Las Palmas impresionante”, le define el que fuera su míster. La respuesta no se hace esperar: “Felines ha sido un dios y la gente lo adora. Tenía calidad e iba muy bien en el uno contra uno”.
Sólo dos puntos separan a este Rayo de la 17-18 de la gloria: le vale ganar al Lugo o que el Sporting pinche. La igualdad es máxima. “Me ha gustado más Segunda que Primera, pero ahora tiene menos nivel que antes”, expone Cota y Felines coincide: “Ahora destacan dos futbolistas por equipo, antes veías a un montón. Y eso que hoy por hoy se puede jugar, antes lo intentabas y te partían la pierna”.
Cuando las cosas se pusieron cuesta arriba la pasada campaña, ambos avalaron el fichaje de Míchel. Hombre de la casa. Hombre milagro. “Ha sido el entrenador ideal. De joven se le veía que iba a llegar lejos. Me alegro de que triunfe”, confiesa Felines. Una felicidad que comparte su compañero de antaño Cota: “Cuando llegó dio tranquilidad y sentido común al vestuario. Está haciendo un temporadón y no se me ocurre nadie mejor para subir al Rayo”. Este es el sueño de dos leyendas rayistas y de todo un barrio.
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