Desvelan la identidad del ladrón que robó la Copa Jules Rimet en Inglaterra en 1966
Una investigación del 'Daily Mirror' revela quién fue el autor, un delincuente llamado Sidney Cugullere, que fardaba del robo en su entorno.
La prensa británica ha resuelto uno de los mayores misterios de la historia de los Mundiales de fútbol: la identidad del ladrón que robó el trofeo Jules Rimet meses antes de la Copa del Mundo que se celebró en Inglaterra en 1966. El autor, según desveló recientemente una investigación del Daily Mirror, fue Sidney Cugullere (1926-2005), un delincuente común, mujeriego y aficionado del Arsenal, que sustrajo la copa por puro placer. Los detalles los cuentó en el tabloide su sobrino Gary Cugullere, junto con otros testimonios anónimos del reducido grupo de familiares, amigos y personas del mundillo de la delincuencia que han conocido los hechos durante 52 años.
Cuatro meses antes del Mundial, Mr. Crafty o Cooey, sobrenombres con los que era conocido Sidney Cugullere, mantuvo en vilo a Scotland Yard durante una semana en marzo de 1966. La copa despareció el domingo 20, cuando debía encontrarse custodiada en el Methodist Central Hall de Westminster, donde había estado expuesta en días anteriores, y fue encontrada siete días después en un seto por el perro Pickles. Cugullere aprovechó un descuido de los guardias, que habían salido a por café, para llevarse la copa.
"Sidney solo la mangó por entusiasmo, no por una motivación económica. Solo porque era demasiado fácil", cuenta al Mirror su sobrino Gary, cuyo padre, Reg Cugullere, también participó en la desaparición de la Copa Jules Rimet.
El robo es descrito en un testimonio anónimo: "Sid tenía una bolsa con herramientas, incluyendo cortacadenas. Decía que no pudo creer que estuviera en un cajón de madera acristalado con una cadena y un pequeño candado y sin seguridad vigilándolo. Cortó la cadena y en segundos consiguió abrir el cajón. Cuando lo sacó, se preparó para aguantarla, esperando que sería muy pesada. Pero dijo que de tan ligera era falsa".
Gary recuerda como su padre Reg se enteró del botín obtenido por su hermano Sidney: "En la calle, después de salir, Sid se levantó la chaqueta y dijo: 'Aquí tienes, Reg, mira esto'. Ahí estaba la Copa del Mundo. Mi padre entonces dijo: 'Demonios, Sid, ¿qué piensas que vamos a hacer con eso?".
Cugullere presumía de haber sido el primer inglés en levantar la Copa del Mundo
Sidney, que pasó 25 años de su vida en prisión por diferentes delitos, intentó pedir un rescate de 15.000 libras a través de un amigo, Ted Betchley. El entonces presidente de la FA y el Chelsea Joe Mears, recibió una llamada de un individuo que se hizo llamar Jackson avisando de que al día siguiente aparecería una nota solicitando el rescate y amenazando con fundirla si no se atendían sus demandas. La detención de Betchley frustró los planes del ladrón, que escondió el trofeo en una carbonera de su suegro. La policía creyó en aquel momento que el rescate solicitado por Betchley era un farol que quería aprovechar para enriquecerse.
"Mi padre estaba asustado y sabía que no había forma de que vendieran la copa. No la fundieron ni la destruyeron porque era la Copa del Mundo. Se dieron cuenta de que tenían que devolverla", cuenta Gary. Fue entonces cuando los dos hermanos Cugullere decidieron dejar tirada la copa hasta que el famoso perro Pickles la encontró mientras en un paseo con su dueño, David Corbett, que recibió una recompensa de 6.000 euros.
El secreto del robo era conocido por el círculo más íntimo de Cugullere. No obstante, el ladrón fardaba de haber sido el primer inglés en tener entre sus manos la Copa Jules Rimet. "A menudo Sid decía que él fue el primer inglés en levantar la Copa del Mundo en 1966 y que lo hizo antes que Bobby Moore. Él era un oportunista y el robo de la copa fue solo eso. No tenía ninguna información interna o ayuda de los guardias. Fue por impulso", relata a Mirror un conocedor de los hechos.
A pesar de que esquivaron la fama, la Copa del Mundo estuvo presente en la vida de Sidney Cugullere y en la de su hermano Reg hasta su muerte. Tanto en su funeral como en el de su hermano hubo coronas de flores con la forma del trofeo Jules Rimet. "Le di a una florista una imagen de la copa, nunca preguntó por qué", recuerda Gary. "Fue el robo del siglo y mi padre y mi tío siempre serán recordados como la gente que robó la Copa del Mundo". Incluso en la tarjeta que se distribuyó a los invitados al servicio por la memoria de Reg, cuando este falleció en 2012, se incluyó una imagen del trofeo.
Aquel trofeo Jules Rimet, que llevaba el nombre del presidente de la FIFA que promovió la creación del Mundial, resultó estar maldito. En 1970 fue entregado a Brasil en propiedad tras conquistar el campeonato por tercera vez. En la madrugada del 22 al 23 de diciembre de 1983, la copa fue robada de la sede de la federación brasileña y esa misma noche fue troceada y fundida para vender los 1,8 kilogramos de oro que contenía. El trofeo que se conserva actualmente es una reproducción hecha en 1984.