Cristiano llega a la final de Kiev por debajo de los 85 kilos
El portugués sigue una máxima: perder cada año un kilo para no aumentar la grasa y no perder velocidad. Ahora, justo antes de la Final de la Champions League, está por debajo de los 85 que tenía el año pasado.
Cristiano Ronaldo llega más ligero que nunca a una final de la Champions. A sus 33 años, el jugador portugués cuida su físico hasta el más mínimo detalle para llegar al final de temporada en plenitud. El resultado de ese trabajo es que llega a Kiev por debajo de los 85 kilos (mide 1,87), peso con el que acabó la pasada temporada. Cristiano sigue un plan que le ha llevado a perder peso, ganar músculo y elasticidad y mantener la explosividad y el poder en el salto. Su máxima, como la de muchos otros jugadores que han superado una cierta edad, es perder cada año un kilo para no aumentar la grasa y no perder velocidad. Ahora, el ‘7’ está casi en 84…
Cristiano exhibe un físico prodigioso que le permiten protagonizar imágenes icónicas como la de chilena que hizo en el Juventus Stadium y que dio la vuelta al mundo. Saltó con autoridad, conectó con la pelota a 2,23 metros sobre el césped y desató la admiración de los rivales. Barzagli no ahorró en elogios: “Fue casi de Playstation”. El historial físico del máximo goleador histórico del Madrid (450 goles en 437 partidos) contiene datos que asombran al staff técnico y médico del equipo blanco. Posee una masa grasa del 7% cuando los índices habituales en un jugador son de entre un 10 y un 11%; una masa muscular del 50% (generalmente ese registro no supera el 46%), una potencia de salto extraordinaria pues esta temporada ha conseguido alcanzar el metro de altura en estático y, como informó, una edad biológica de un jugador de 23 años (“Tiene una genética fuera de lo normal”, aseguran en Valdebebas).
El Factor Zidane
Zidane también ha colaborado activamente al impulso en la carrera de Cristiano. L’Equipe develó una conversación entre el entrenador del Real Madrid y el portugués en la que el primero intentaba convencer al crack de que debía descansar más durante la temporada: "Si tú me escuchas, si aceptas descansar de vez en cuando, perderte algunos partidos, si tú confías en mí, alargarás tu carrera varios años". Cristiano aceptó el reto (a eso unió un progresivo desplazamiento al área, donde ya convive sin disimulo) y Zizou y Antonio Pintus diseñaron un programa de gestión de esfuerzos cuyos frutos son la alegría el madridismo: el año pasado fue clave en el tramo final de temporada y este año ha caminado por la misma senda. Cristiano eliminó al PSG con dos goles, sentenció a la Juventus en la ida con dos tantos, uno de ellos para la Historia, y en la vuelta marcó el penalti que dio el pase a la semifinal. Y en Liga, ha marcado 12 goles en sus últimos siete encuentros…
Olvidado ya el esguince en el tobillo derecho que sufrió en el Clásico y que le hizo perderse los partidos ante el Sevilla y el Celta, Cristiano está focalizado física y mentalmente en la final de la Champions del próximo sábado contra el Liverpool. “Me siento muy bien, quiero estar a tope el sábado”, confesó el portugués en el Open Media Day. Y para ello cuida con esmero su físico, su mejor arma para intimidar a los de Klopp.
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