El moañés firmó un doblete y una asistencia en poco más de una hora. Maxi marcó los otros dos tantos celestes y por el Levante anotaron Rochina y Morales.
Un mes después, Iago Aspas regresó al once y demostró que sigue ‘on fire’, tal y como reza la canción que siempre le dedica Balaídos. Suyo fue el primer disparo a puerta del partido, a los diez minutos, cuando el duelo todavía atravesaba por una fase de desconexión, con baja intensidad. Rochina fue quien lo activó todo con un golazo mayúsculo. Recibió de Morales, amagó con devolverle el cuero y lo que hizo fue girar sobre sí mismo para enviar un misil a la escuadra. Sergio sólo pudo aplaudir. Igual que hizo el escaso público presente. Con el marcador en contra y la grada murmurando, Aspas y Jozabed se pusieron manos a la obra. Entre los dos cambiaron el encuentro, cada vez que tocaban el balón algo sucedía a su alrededor. Así, Maxi igualó la contienda tras el enésimo invento de Aspas, quien acabaría firmando la remontada en una bonita combinación con Jozabed. Antes del segundo tanto ya habían avisado el propio Jozabed, que obligó a Koke a realizar un paradón, y Wass, que envió el esférico al larguero tras otra buena asistencia de Aspas.
Y el descanso nada cambió. Porque nada más empezar la segunda parte, Aspas sentenció el partido. Maxi aprovechó el grave error de Chema para entregarle el tanto en bandeja al moañés. El máximo artillero español llegará cargado de munición a Rusia. Lopetegui, aquí tiene usted a su nueve. Esa diana hundió al Levante, que a partir de entonces dejó al Celta jugar a placer. Aspas no cejó en su empeño y buscó con ahínco el hattrick. De hecho, estuvo a punto de lograrlo en dos disparos peligrosos. Sin embargo, fue Maxi quien logró el cuarto. Fue en un saque de esquina ejecutado por Wass. El uruguayo anotó de cabeza, erigiéndose así en el mejor cabeceador de las grandes ligas europeas.
A pesar del batacazo, el Levante se estiró para intentar maquillar el resultado. Pazzini vio puerta tras un buen pase de Rochina, pero el colegiado anuló el gol por fuera de juego. Acto seguido Morales sí marcó con legalidad, aprovechando una precisa asistencia de Campaña. No había casi nada en juego, si acaso un puñado de millones por los derechos televisivos según la clasificación, pero la última sesión vermú de la temporada mereció la pena. Un espectáculo digno de LaLiga.