Paco Lópezdebería ser canonizado esta misma semana en Valencia. Cogió un equipo a la deriva, en caída libre hacia el precipicio de Segunda y lo convirtió, de la noche a la mañana, en el mejor conjunto de la categoría. Nadie sumó más puntos en LaLiga desde que él se hizo cargo del marrón levantinista. Lleva 25 de 30, sólo perdió en el Metropolitano y un punto este mediodía en Balaídos le bastará para conservar ese liderato provisional de las últimas once jornadas (sigue el partido en directo en As.com). Por el camino quedan gestas como la de la semana pasada, cuando acabó con la imbatibilidad del Barça en una noche para el recuerdo.
Enfrente estará un equipo deprimido, con un entrenador que se despide en pleno debate sobre si la temporada fue un fracaso o una decepción. La gramática del fútbol, ya saben. Unzuéno será el único que dirá hoy adiós a Balaídos. También será el último día para Wass, Jonny y alguno más. En el Celta hay un fin de ciclo más que evidente y este verano se avecina una importante revolución, con Aspas en el foco para determinar la ambición sobre el próximo proyecto. El moañés, que ya jugó un ratito en el Bernabéu, intentará aumentar su nómina de veinte goles antes de ser confirmado como mundialista. Él es de los pocos que se atreve a calificar en público la temporada del Celta como un fracaso, y eso que la suya fue un rotundo éxito. No tiene vergüenza en el campo y tampoco fuera de él. Un hombre que siempre va de frente.
Sin objetivos. Poco hay en juego ya, por no decir nada. Si acaso la honra y el puesto clasificatorio que determinará cuánto dinero ingresará cada club. Eso sí, el plebiscito de Balaídos será interesante. Veremos a quién señalan.