El reto de Koke en Lyon

Si hay un futbolista de este Atlético para el que esta final en Lyon es especial ese es Koke. Uno de los cinco 'supervivientes' de la última, la de Bucarest en 2012 ante el Athletic (Juanfran, Godín, Filipe y Gabi son los otros, además de Saúl y Costa que estaban pero no jugaron, uno porque acababa de subir de la cantera y el otro porque se había roto la rodilla), es también el único que aún puede contar de viva voz lo que fue Hamburgo. Porque estaba en aquella plantilla, dorsal 26. Es el único de todos los que ocho años después están que estaba entonces. Era aún un chico tímido que recibía los primeros consejos del entonces capitán, Antonio López.

Dos años después, volvía a estar en la segunda final del Atlético en la Europa League, aquella de Bucarest. Y jugó. Pero apenas nada. Entró en el minuto 90 para sustituir a Diego. Ahora, seis años más tarde, en Lyon Koke es el futbolista del Atlético más joven (26 años) en llegar a los 350 partidos con la rojiblanca. Si hay alguien capaz de alcanzar alguna vez los 550 partidos de Adelardo no puede haber otro que él. Un one-club man que el verano pasado alargó su contrato hasta 2024. Es decir, seis años más. Hoy es un futbolista imprescindible.

Cuando está puede no notarse, pero si falta, ay si falta, el Atlético no termina de rodar, como si estuviera gripado, le falta su bota, la brújula que da sentido al balón. Lyon esta noche se presenta como uno de los grandes retos de su vida. Porque Koke en estos seis años se ha convertido en una de las piezas claves en la pizarra del Cholo. Esta noche será titular con la ambición de demostrar sobre el campo cuánto ha crecido aquel chaval al que aconsejaba Antonio López, ya tercer capitán.