Recio, Torres, Rosales y Juanpi: El Málaga, trituradora de capitanes
Rosales, Recio, Miguel Torres y Juanpi Añor han tenido un curso duro. Hacía tiempo que la afición no increpaba con tanta crueldad a uno de sus capitanes.
Ser capitán del Málaga se ha convertido en un verdadero suplicio, al menos en estas dos temporadas. Duda, Weligton, Camacho y Kameni fueron los jefes del vestuario durante el ejercicio anterior. Los cuatro dejaron la plantilla con distintas sensaciones. Duda abandonó el fútbol y hoy día es ojeador de la cantera blanquiazul, Camacho fue traspasado al Wolfsburgo de Alemania por 13,5 millones de euros en una marcha que supuso volantazo en el proceso de descomposición que ha conducido hasta este penoso descenso, Weligton también dejó el fútbol y desestimó seguir en el Málaga como enlace entre la plantilla y el presidente, Al Thani. Kameni fue empujado a marcharse al Fenerbahçe en una gestión que trajo como resultado añadido la incorporación de Cenk Gönen, el portero turco, que solo ha jugado un par de amistosos en pretemporada.
La marcha de estos cuatro pesos pesados trajo un cambio de radical. Nuevos capitanes. El criterio observado en su elección fue el de antigüedad. La última vez que un entrenador escogió al portador del brazalete fue cuando Manuel Pellegrini decidió relevar de esta misión a Jesús Gámez y nombrar a Duda. En este caso, Recio se quedó como primer capitán, Miguel Torres de segundo, Roberto Rosales de tercero y Juanpi Añor como cuarto.
La campaña para los cuatro ha sido dolorosa en lo colectivo por el mal entendimiento del equipo. Pero en lo particular ha sido un martirio. Las lesiones se han cebado con Recio, Miguel Torres y Juanpi. Rosales en este aspecto ha tenido mejor fortuna, pero su rendimiento ha sido muy inferior al de temporadas precedentes donde era un futbolista regular y que llegó a ser seguido por equipos como Barcelona o Sevilla. El problema se agravó el pasado domingo durante el partido contra el Alavés. Pocas veces se ha visto a una hinchada ser tan cruel con uno de sus futbolistas. Fue silbado cada vez que tocó el balón y hasta recibió cánticos de extremadas crueldad. “Eres un cono, Rosales eres un cono”. O en los saques de banda y de córner. Un momento muy duro y desagradable para el venezolano, que tiene contrato con el Málaga hasta junio de 2019. Nunca ha dicho que se quiera marchar pero las cosas no están bien para él. Llegan tiempos duros.
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