Los Clásicos de Andrés Iniesta
Si juega este domingo, alcanzará su Barça-Madrid oficial número 38. Marcó tres golazos, dio ocho asistencias y tuvo un recordado pique mandando callar a Cristiano.
Se va Iniesta y con él un trocito de la historia de los Clásicos. Desde que debutó en un Barça-Madrid el 20 de noviembre de 2004 (3-0), cuando sustituyó a Henrik Larsson, uno de los preferidos de la afición, Iniesta ha jugado 37 Clásicos oficiales (también participó este verano en el 3-2 en Miami de la International Champions Cup) con balance favorable: 16 victorias, 9 empates y 12 derrotas. Matinales (el 0-3 de este curso), tardes (la del 2-6) y noches (la del 5-0) memorables. También días durísimos: las dos derrotas en las finales de Copa de Valecia, especialmente; también el 1-2 en la Liga de los 100 puntos del Madrid que dejó sin opciones a los azulgrana.
Y algunas fotos inolvidables, como sus abrazos con Messi en el Bernabéu, donde ha hecho dos goles. El primero, tras asistencia del argentino en el 3-4 de la temporada 2013-14. El segundo, en el 0-4 del curso 15-16, cuando el argentino estaba con un peto calentando en la banda, listo para reaparecer después de una lesión de casi dos meses. Iniesta hizo la pared con Neymar, clavó el balón en la escuadra de Keylor Navas y salió corriendo hacia la banda. Allí corrió hacia Messi y se abrazó a él, en una de las imágenes icónicas de su carrera.
También hubo buenas noches en el Camp Nou, donde este domingo se despide de los Clásicos. Su único gol en casa se lo marcó a Casillas en la ida de la Supercopa de 2011. Una picadita con la bota derecha con sangre fría, finísima. Y su asistencia más recordada, la que le dio a Xavi en el 1-0 de la manita de la temporada 2010-11, el día en el que el Barça de Guardiola, según todos, alcanzó la cima.
Fiel a su estilo, alejado de los problemas y cercano a las buenas formas, Iniesta no ha estado rodeado nunca de polémicas. Y sin embargo, una de las pocas que se le recuerdan fue un Clásico, calientes como eran todos en esa época Guardiola-Mourinho. En la primera vuelta de la temporada 2009-10, el Barça se impuso 1-0 con gol de Ibrahimovic pero tuvo que sufrir por una expulsión abusurda de Busquets. El Madrid buscó el empate y, en plena ebullición, Cristiano acusó a Iniesta de tirarse. El manchego se dirigió a él y, con gestos ostensibles, le pidió silencio. Después del partido, en la zona mixta, el manchego explicó el episodio con educación pero también sin cortarse. “Me dijo que no me tirara y le dije que se callara, porque él no es el más indicado para hablar de eso”. Por entonces, Iniesta ya era campeón de casi todo (sólo le quedaba el Mundial) y era uno de los líderes del Barça con apenas 25 años. Ha aguantado casi una década más jugando el partido de los partidos. Es difícil explicar una figura tan gigantesca.
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