Coutinho y la carga de suceder a Andrés Iniesta
Al fichaje más caro de la historia del Barça le toca suceder a un producto ‘gratis’ y genuino de La Masia. La condición de futbolista integral de Iniesta lo hace todavía más difícil. En la mitad de partidos le dobla en cifras en el Barça, pero el fútbol de Iniesta no son números.
Philippe Coutinho no ha crecido en La Masia ni tiene ADN Barça. Él se formó jugando al fútbol en el barrio de Rocha, Río de Janeiro. Y pasó por el Clubes dos Sargentos, donde le llamaban Philippinho, y por el Madureira, antes de llegar al Vasco de Gama. El contraste será grande. Al fichaje más caro de la historia del Barça le toca suceder a un producto genuino de la ‘pedrera’ culé. Por resumir, 160 millones de euros contra una manutención.
Desde ahí, Coutinho perderá todas las comparaciones. Lo justo será medirlo en el campo. Pensando ya en el adiós de Iniesta, el Barça le contrató en enero después de un intento frustrado de hacerlo en agosto. En apenas 17 partidos, Coutinho ha marcado 4 goles y ha dado 6 asistencias. Sus números doblan los de Iniesta este año (dos goles y tres pases de gol) en la mitad de partidos (el manchego ha jugado 37). Su actuación en la final del Wanda demostró, además, que puede ser un buen cordón umbilical que una a Messi y Suárez con el centro del campo. Al abrigo de sus 25 años, y con las piernas aún frescas y no cargadas de kilómetros y batallas, Coutinho destaca en la conducción y en el golpeo. Tiene pase y es capaz de venir a recibir al pie o crear espacios picando en desmarques como el del 1-0 o en la acción del penalti. Esa frescura era necesaria en el Barça.
Queda, sin embargo, la gran duda de si podrá alcanzar la condición de futbolista integral de Iniesta. Y eso sí es más difícil. En realidad, Iniesta ha sido un jugador que se ha elevado por encima de los datos. No ha sido un futbolista prolijo en goles y asistencias. Su fútbol, como quien diría, está en el aire. Su manera de manifestarse en el juego ha sido distinto. Hipnotizando rivales (famosa la foto de seis y siete italianos o croatas persiguiéndole en la Eurocopa de 2012), creando superioridades con sus giros o sus conducciones, marcando el tiempo del partido y poniendo en ventaja a sus compañeros para que iniciasen jugadas de gol. Todo eso además de un tremendo espíritu colectivo que le ha permitido ser un jugador esforzado, con capacidad para robar y pulmones para hacer el ida y vuelta. Iniesta ha hecho de primer futbolista en la presión en días marcados como el 0-4 del Bernabéu. Ha sido un jugador de smoking y ha sabido bajar a la mina. Ser violinista y proletario. Todo eso es lo que está aprendiendo en sus primeros meses Coutinho.
Nunca fue más cierto que las comparaciones son odiosas y que Coutinho debe hacer su propia carrera, pero eso sólo vendrá con el triunfo. Rakitic fue visto con recelo desde algunos sectores cuando llegó al Barça para ‘jubilar’ a Xavi. Hacerse un espacio fue difícil. Ya lo tiene. A Coutinho le pasará lo mismo. Y, bien lo sabe Rakitic, eso cuesta el esfuerzo de una tarde tras otra en el Camp Nou. Habrá que ver si está preparado para el reto de sustituir a un jugador que, de tan solidario que ha sido, apenas se ha guardado momentos especiales para sí mismo. El gol de Stamford Bridge, el de Johannesburgo, la final del Wanda. Eso sí, los ha convertido en eternos. Como el futbolista.
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