El sóleo, el 'otro' culpable del adiós de Iniesta

Cuando el segundo entrenador del Barcelona, Jon Aspiazu, compareció antes del partido ante el Deportivo para explicar que la ausencia de Andrés Iniesta en el equipo titular se debía a “unas molestias”, estaba utilizando un eufemismo para esconder una lesión un poco más importante que el internacional español sufrió tras la final de Copa del Rey ante el Sevilla. Y es que Iniesta acabó el partido exhausto por el esfuerzo y con una elongación en el sóleo de la pierna izquierda.

Lo cierto es que el sóleo ha sido la maldición del manchego a lo largo de esta temporada. Ya le tuvo varios partidos fuera de los terrenos de juego en el mes de diciembre y ahora ha vuelto a llamar a la puerta. Si bien es verdad que la lesión en el bíceps femoral de la pierna derecha que sufrió en febrero y estuvo a punto de dejarle fuera del partido de octavos de la Champions ante el Chelsea fue la de más alcance esta temporada, los problemas en el sóleo son los que más le han marcado durante este año.

Cuando Iniesta explicaba que uno de los motivos de su decisión de no seguir en el FC Barcelona era que quería dar siempre el cien por cien a su club y que era consciente que no iba a poderlo hacer en el futuro se refería a los problemas que ha acumulado con este músculo. Además se da la circunstancia que ha tenido sobrecargas en ambos sóleos, por lo que la situación es evidente que no iba a mejorar a medio o largo plazo.

Ahora mismo, el objetivo prioritario de Iniesta es llegar en las mejores condiciones posibles a la cita mundialista. De ahí que la dosificación del manchego de cara a los próximos partidos se presenta como una condición ‘sine qua non’ para conseguir este reto. Este es el motivo principal por el que no se pueda garantizar su titularidad este domingo en el Camp Nou ante el Real Madrid. Y es que tanto en el club como el propio jugador tienen muy presente que la elongación y la sobrecarga son en muchas ocasiones la antesala de una rotura.