Servando mata al Valladolid en el 93' y deja al Cádiz en el playoff
El Cádiz empató en el minuto 93 en un partido que dominó el conjunto blanquivioleta y que se adelantó con un tanto de Toni Martínez.
Sergio González ha logrado en tres semanas que el Real Valladolid sea más equipo de Segunda, más serio, más juntito, más solidario... pero no hace milagros. El equipo vallisoletano ayer mereció ganar el partido y si no lo hizo sólo fue por sus errores. Toda la temporada la zaga blanquivioleta ha sido una verbena y pese a la mejora, en el bonus-track, en la última canción, la defensa pucelana volvió a sus orígenes. No es sólo cosa de los cuatro de atrás. Es cuestión de todo el equipo. Empezando por Óscar Plano. Recibió un golpe de Correa pasado el minuto 90, se encaró con él, vio la amarilla y en la siguiente jugada quiso tomarse la justicia por su mano y le hizo una falta al mismo jugador que estaba a 40 metros de la portería y de espaldas a la misma. Incomprensible. El acto de venganza le salió caro al Valladolid. Eugeni, que salió en la segunda parte, puso la falta, el equipo defendió en el área pequeña, como en la época de Luis César, Masip no salió y Olivas no saltó, con lo que el balón le llegó a la cabeza de Servando que no tuvo ni que saltar. Cabeceó con los pies en el suelo y el balón acabó en la red, testimoniando la tragedia de la tarde, el desastre de muchas jornadas anteriores. El trabajo de todo el equipo, hasta el descuento de matrícula, quedaba reducido a un suficiente por un error. Pudo ser peor, porque en el desconcierto final, Salvi mandó un balón rozando la cruceta. Hubiese sido demasiado injusto.
Dominio pucelano. Y es que el Valladolid mereció más ayer. El partido se inició como se preveía. El Cádiz esperaba en su campo buscando un error blanquivioleta, mientras que el Valladolid trataba de jugar, de acercarse a la portería de Cifuentes. Toni y Hervías participaron y le pusieron varios balones a Toni Martínez, sustituto de Mata, pero el valenciano no acertó. Primero remató con el pecho, un centro desde la derecha, después cabeceó un córner en el primer palo y finalmente volvió a cabecear flojo para no meter en problemas a Cifuentes. El Cádiz se estiró. Barral, por la derecha supliendo a Alvaro García, y Salvi, por la izquierda, buscaban a Carrillo que pasó desapercibido hasta que llegó el último cuarto de hora de este primer tiempo. Alex Fernández lo intentó desde lejos, como lo hizo, por dos veces Abdullah y una más Carrillo. Ninguno de ellos pusieron en peligro a Masip.
La segunda parte, sin embargo, comenzó con una ocasión clara de Barral, a la salida de un córner. Su cabezazo se fue fuera por poco, pero no cambió la idea gaditana. Esperaba al Valladolid y trataba de salir. Los de Sergio González se estiraron y buscaban las bandas. Míchel hizo un cambio de juego a Toni que vio como entraba Nacho, quien llegó a la línea de fondo y puso el balón atrás, no acertó Plano en el golpeo, pero sí Toni Martínez.
El tanto pucelano sirvió de revulsivo al Cádiz. Brian y Salvi pusieron a prueba a Masip que intervino con acierto. Eso dejó espacio a las espaldas de los centrales gaditanos. Toni Villa pudo marcar el gol de la jornada, se fue de tres dentro del área y quiso ajustar tanto que el balón se fue fuera por milímetros. Podía haber sido el 2-0, la sentencia y el golaveraje a favor de los pucelanos, pero no. Pasó que el Cádiz se estiró con todo, que Correa golpeó a Plano, que Ocón Arraiz, que pitó antes una falta que no era de Chris Ramos que le encaminaba a Cifuentes, lo vio y no tuvo valor de pitarlo o amonestar al lateral gaditano y que el mediapunta madrileño se ganó una amarilla e hizo una falta innecesaria para que el Cádiz empatará en el 93 vaciando en un sólo minuto el globo hinchado durante 92.