El Velodrome será testigo por segunda vez esta temporada de un Marsella-Salzburgo, pero a diferencia de la fase de grupos, el botín ha aumentado. En aquella cita los locales fueron incapaces de pasar del empate y, a tenor del bagaje de los toros austriacos, tampoco es que sorprenda. Los de Rose se han merendado a la Real, al Dortmund y al Lazio para alcanzar las semifinales, entre otros. “No hay ninguna confianza, sólo hay que ver que el Salzburgo tiene mejor coeficiente UEFA que nosotros”, resume Rudi García. El técnico galo fue el elegido para patronear el proyecto que financia Frank McCourt, el magnate americano dueño del otrora gigante marsellés. El primer paso para recuperar aquel brillo, como en su día le sucediera al Atlético, es regresar a una final europea. Esta vez 14 años después. El Marsella es el único club francés con la Champions en sus vitrinas, pero esa vitola se quedó por el camino. Y si el OM tiene hambre, qué digamos de los toros. El proyecto de Red Bull da protagonismo a la juventud y el descaro, empezando por su técnico. Haidara será duda hasta último momento por un corte, pero sí estarán a disposición de Rose los también jovencísimos Samassekou y Schlager. Y por supuesto, Berisha, el delineante del noruego. Mientras, García confía en que pueda jugar Rolando y que el influjo del Velodrome inspire a su triángulo mágico: Thauvin, Payet y Ocampos.
