‘Pichu’ Cuéllar, el discutido muro del Leganés
El arquero suma buenos números con los pepineros, en una temporada marcada por las críticas de la afición. Tras el ‘blindaje’ de Garitano, lleva varias jornadas siendo de lo mejor del equipo.
Toda alineación del Leganés en Liga empieza igual: con el número 1, Iván, el Pichu, Cuéllar. El resto es variable. Analizada la confianza que le tiene puesta Garitano al portero extremeño, se podía decir que incluso secundario. En un equipo que la temporada pasada vio como hasta cinco arqueros (Serantes, Brignoli, Herrerín, Champagne y Barrios) se enfundaban sus guantes, este veterano guardarredes de 33 años ha aportado estabilidad al puesto y algo más. También un blindaje acorde a la solidez de la argamasa defensiva que son los pepineros.
De las 34 jornadas que han disputado los blanquiazules (en todas jugó Pichu), 14 terminaron con la meta a cero. Un hito solo superado esta temporada por Oblak (20 partidos sin encajar) y Ter Stegen (18). Pero aún hay más: Cuéllar es el portero que más balones bloca de toda LaLiga (27), el cuarto que más paradas acumula (95) o el tercero que más lo hace dentro del área (60). También ha parado un penalti. En la primera jornada, ante el Alavés. Números excelentes para el único jugador del campeonato que, junto con Dmitrovic, el cancerbero serbio del Eibar, lo ha competido todo sin faltar ni un minuto.
El blindaje de Garitano
El currículum de Cuéllar como pepinero es, por tanto, impecable. Al menos estadísticamente hablando. Pero eso no le ha evitado ser fruto de críticas desde su propia platea. A lo largo de la temporada, Pichu ha sido cuestionado por su afición. Incluso por momentos, con gran intensidad. La gran Copa de Champagne y algunos partidos con incógnitas abrieron un debate que se hizo intenso tras el 4-0 del Metropolitano, quizá el día en el que más arreciaron las reflexiones (también en la prensa) sobre si había que relevar al ex del Sporting del puesto para dejar su vacante al propio Champagne, su habitual suplente.
Esa noche Garitano respondió rotundo en las tripas del Wanda. “Las intranquilidades serían dar virtudes a otros equipos. Hay que analizar cómo hemos llegado hasta aquí. Si alguien espera que me vuelva loco, que no lo espere. No lo voy a hacer”, dijo al ser cuestionado por una posible rotación en la meta. Traduciendo: Cuéllar era intocable.
De las dudas, al heroísmo
Zanjado el asunto, sin posibilidad de brecha alguna en la decisión del entrenador, Cuéllar siguió jugando alternando actuaciones buenas con alguna que otra más dudosa. Una irregularidad que ha borrado en las últimas jornadas para, junto a El Zhar, convertirse en el hombre más relevante del Leganés. Ante Barça, Celta, Villarreal y, especialmente, contra el Depor, Cuéllar fue un muro (casi) infranqueable. Luis Suárez, Iago Aspas, Samu Castillejo o Lucas Pérez han sido las últimas víctimas de sus reflejos.
El sábado, en el Bernabéu, salvo sorpresa mayúscula o desgracia, repetirá en la meta para, en un escenario grandioso, ayudar al equipo a mantener la categoría (un punto sería suficiente) y de paso, perpetuar la tradición. Ésa que dice que toda alineación del Leganés en Liga empieza igual: con el número 1, Iván, el Pichu, Cuéllar.
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