"No supimos gestionar el diamante que teníamos"
“Me voy sintiendo que no soy digno de vestir esta camiseta”, se sinceró el medio grancanario al consumarse el descenso a Segunda División.
El canterano Vicente Gómez fue la cara de la impotencia y de la amargura que escenificaba sobre el verde el descenso de Las Palmas a Segunda División tres temporadas después de haber logrado el tan perseguido ascenso a la élite del fútbol español tras perder 0-4 ante el Alavés: “Me voy sintiendo que no soy digno de vestir esta camiseta”, se sinceró y aunque se viera que la dinámica desembocaría en la pérdida de categoría “por eso deja de doler”. “Han pasado muchísimas cosas y ahora tenemos un mes de luto para luego tomar decisiones y que no nos coja el tiempo", añadió.
"Lo teníamos todo”, tiró la vista atrás cuando se estuvo cerca de Europa la campaña pasada, algo que “me lleva martirizando desde mucho tiempo porque uno busca explicaciones”, teniendo claro que “no supimos gestionar el diamante que teníamos” con lo que “nos ha costado” poder lograrlo. Recordó que tras el día del partido ante Córdoba hace cuatro temporadas, cuando el equipo perdía el ascenso a Primera en el último segundo, “sacamos nuevas ilusiones” y ahora “tendremos que hacerlo de nuevo”, por lo que espera “que la gente tire de egoísmo y saque su mejor versión para sacar victorias en los partidos que quedan" por disputarse hasta que final de Liga.
Entiende que “en caliente es mejor callar y aguantar las críticas”, razonó, porque “nos quedan cuatro partidos en los que tenemos que dar la cara” aunque “no seamos merecedores de la Primera División y de llevar esta camiseta, tenemos que dignificar el final de la Liga".
Y a pesar de que él se marcha con lágrimas del terreno de juego defiende que otros compañeros que no sean de la isla estuvieran igual de mal: "Calleri no es de aquí y también lo está pasando mal; no es una cosa de canario o del exterior porque todos defendemos el mismo escudo y todos hemos intentado hacer lo mejor posible”, pero “no hemos sabido o podido", lamentó.
“Uno siempre tiene la mínima esperanza de intentar ganar partidos, pero al final no ha sido posible”, explicó con tristeza a la vez que reconoce que "no he estado a la altura y lo asumo”. La gente “tiene sus motivos para criticar” porque “esto es del público y como yo ya estuve en la grada y he visto al equipo en Segunda B, entiendo su malestar”. Ahora “no le veo nada positivo a la situación”, pero “tampoco lo veía tras el día del Córdoba y después comprendí que lo mejor fue no ascender aquel año".
En cuanto a su situación personal dejó claro que “tengo un contrato de larga duración y ahora mismo no hablo del futuro porque no es el momento ahora mismo; lo que quiero en estos momentos es pasar lo mejor posible con mi familia, pero daré la cara en esta situación y me gustaría poder ayudar a subir la temporada que viene".
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