La fe de Junior iguala un récord para el Betis europeo
El hispano-dominicano cabeceó en el descuento el 1-0 para la sexta victoria consecutiva, algo que no pasaba desde la 59-60. Las Palmas, a tiro de descenso matemático.
La fe mueve montañas, gana partidos, suma récords. Con la fe incombustible que le ha llevado al quinto puesto en los últimos tiempos, el Betis de Setién ganó en el descuento a Las Palmas, consolidó su quinto puesto en la tabla e igualó un récord que tiene casi 60 años: seis victorias consecutivas en Primera División, algo que no lograban desde la campaña 59-60, la única vez que lo han logrado en la historia. Derrotado queda Las Palmas, que le echó dos paladas más a su descenso en los últimos minutos del Villamarín y también los del Ciutat de Valencia, donde el Levante se impuso también en los últimos instantes al Málaga.
Copió Paco Jémez el sistema de tres centrales y dos carrileros que tantos réditos le está dando al Betis y le sirvió al menos para contener durante la primera mitad el peligro local, atascados los de Setién en los tres cuartos de campo casi siempre. Sólo con alguna salida desde atrás, que prodigaría el catalán luego con éxito, pudo Bartra crear peligro para el equipo verdiblanco. Sobre todo en un pase interior con el que Sergio León puso en duros aprietos a Lizoain.
El portero canario, por cierto, volvía a la titularidad después de 13 jornadas y salvó a su equipo en dos claras llegadas béticas a poco de comenzar la segunda mitad. Sergio León, que se había vuelto encontrar con el cancerbero, no tenía la noche y desvió demasiado una contra bética bien dirigida por Guardado.
Le había puesto otra marcha al partido el Betis, que percutía mucho más que en la primera mitad. Tello, recién salido, estrelló contra un defensa su disparo franco, a Sanabria se le notaba la falta de reprís (ha vuelto hace poco después de cuatro meses) y Amat se animó en la posición de extremo mientras Las Palmas las veía venir, arriesgando atrás y perdiendo balones a diestro y siniestro.
Lo merecía el Betis desde hacía mucho pero lo obtuvo con un jugador más porque Míchel, que cojeaba, se ganó merecidamente la expulsión. Barragán avisó en una jugada lateral y el propio lateral mandó preciso un centro al medio del área que Junior, como un titán, cabeceó imperial a la red. El lateral hispano-dominicano, otro de los prodigios de Setién, representa casi mejor que nadie la convicción de un equipo que cree. Y cuando se cree, casi todo llega.
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