Bale: ración doble de banquillo
El galés sólo ha sido titular el 61,1% de los partidos en los que ha estado disponible. Nunca antes había tenido tan poco peso en el equipo.
Gareth Bale no viajó a Málaga el pasado domingo “por descanso”, según Zidane. Esta medida de dosificación de esfuerzo invitaba a pensar que el galés iba a ser titular contra el Athletic, este miércoles, pero el técnico le dejó en el banquillo. Se volvió a ver a un Bale con gesto muy serio. Incluso en la primera parte, tal y como informó Ricardo Rosety en beIN Sports, se marchó al vestuario para volver a los tres minutos. Una escena que ya protagonizó en Butarque. Zidane le dio entrada en el minuto 69, por Benzema, pero se le volvió a advertir gris, intentándolo pero con una clara desconexión del juego del equipo. Al finalizar el partido, como sucedió contra el Atlético o en la eliminatoria de Champions contra el PSG, fue el primero en marcharse al vestuario, sin esperar a sus compañeros. “Bale no es ningún problema. Tengo 25 jugadores y tengo que estar pendiente de todos. Hay otros que juegan y lo hacen bien también”, zanjó Zidane en conferencia de prensa cuando se le preguntó si el galés se está convirtiendo en un nuevo James.
El técnico ha condenado a la suplencia a Bale por su actitud pasiva, según pudo saber As. El galés está viviendo un momento hasta ahora inédito en su carrera. Esta temporada, el de Cardiff ha sido titular sólo el 61,1% de las veces que ha estado disponible para su entrenador (22 de 36). Una ración de banquillo que era desconocida para el madridista desde que llegó al club en 2013, convertido en el traspaso más caro de la historia (101 millones). El año pasado salió en el once el 88,8% de las veces que estaba apto; en la 2015-16 fue titular el 90,6% de los partidos; en la 2014-15, el 92% y en su primera campaña el 80%. Su rol en el equipo ha cambiado de forma clara: ha pasado de innegociable, etiqueta que se le colgó por su precio y por ser un fichaje del presidente, a prescindible. Ha pasado de tener un puesto asegurado en el ataque, junto a Cristiano y Benzema, a tener que pelearlo con el francés. Ambos han visto cómo Zidane ha tirado de galones, se ha abrazado al 4-4-2 y al trabajo de jugadores como Lucas Vázquez o Asensio, les ha rebajado su estatus y, de paso, ha hecho que la bbC ya sea pasado.
Es en la Champions donde más se ha advertido la pérdida de protagonismo de Bale. El galés fue suplente en los dos partidos contra el PSG y en la ida de cuartos ante la Juventus ni siquiera jugó. Aunque Zidane le devolvió al once en la vuelta de cuartos, con el 0-3 de la ida como renta, en el descanso, con 0-2 a favor de la Juve, le dejó en la caseta. En total, el de Cardiff sólo ha jugado 249 minutos en esta competición, su participación más baja a estas alturas desde que fichó por el Real Madrid: la pasada temporada estuvo sobre el campo 496 minutos, en la 2015-16 sumó 344 (también se perdió cuatro partidos por lesión), 651’ en la 2014-15 y 646’ en su primer año. “No le veo triste, está entrenando bien. Pero hay momentos de forma de otros jugadores y es lo que estamos viviendo”, explicó Zidane en la previa del choque contra el Athletic cuando se le interrogó por Bale. Ahora, el galés parte con varios cuerpos de desventaja para jugar las semifinales de la Champions ante el Bayern. Isco, Lucas o Asensio le ven por el retrovisor. Una situación desconocida e incómoda para Bale, cuyo futuro apunta a estar lejos del Bernabéu. El Bayern terminará de marcar su destino.
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