La persistencia y De Tomás hacen que el Rayo duerma líder
El delantero marcó el gol del triunfo en el minuto 86 y deja primero al Rayo, a la espera de lo que haga el Sporting ante el Reus. Mientras, el Albacete tendrá que esperar para atar de forma matemática la salvación.
La perseverancia tuvo premio y el Rayo conquistó el Belmonte con un gol de De Tomás en el último suspiro. Tres puntos para dormir líder de nuevo y soñar con un pinchazo del Sporting. Mientras, el Albacete sigue en tierra de nadie y tendrá que esperar un poco más para firmar la permanencia matemática.
La lluvia no se perdió la cita y convirtió el césped en una pista rápida, con el Albacete acelerado y buscando desde el inicio el factor sorpresa con Bela, siempre peligroso y al acecho. Durante esos primeros minutos la presión de los manchegos era alta, pero el Rayo braceó hasta zafarse y lo hizo encadenando contraataques. Primero, el palo desbarató un remate de De Tomás, que recibió en largo de Alberto y dribló a Tomeu tras haber dejado en la cuneta a la zaga enemiga. Después, el guardameta local repelió un disparo de Fran Beltrán.
Corría el 18’ y el aplauso retumbó, era el minuto de homenaje a Pelayo y coincidía con el despertar franjirrojo. Y, aunque Bela reapareció para mandar alto un balón, el Rayo se hizo con la posesión y fue sumando llegadas: Embarba buscó a De Tomás; Álex Moreno, al extremo madrileño... pero siempre faltaba el golpe de gracia.
Eso no desanimó a los visitantes, que mantuvieron el ritmo tras el descanso. Insistentes, incisivos... prorrogaron su asedio al Alba. Ahí, Enrique Martín movió ficha y echó picante al duelo: metió a Zozulia. Tuvo un efecto inmediato y el intercambio de golpes se intensificó. Un disparo de Embarba rozó la madera y un cabezazo de Zozulia terminó en manos de Alberto.
Corrían los minutos, subían los decibelios y la intensidad. La entrada de Bebé le dio otro aire al partido. Probó a Tomeu, quien detuvo un disparo que estuvo precedido de tres recortes a tres rivales, y después asistió a De Tomás en el 0-1. El pichichi vallecano --ya suma 19 dianas-- perdonó a la primera, pero enganchó el rechace del cancerbero, que reclamó fuera de juego. De pronto, lo difícil se hizo fácil y el gol abrió de par en par las puertas del liderato. Quizá fugaz, quizá duradero, pero siempre esperanzador.