“No es casualidad”, explicaba Simeone después del 2-5 del Pizjuán cuando se le preguntaba por el gol de Costa, precedido del error de Banega. Lo repitió en el Metropolitano para analizar el de Coates en la victoria sobre el Sporting. Un fallo más provocado por el estrés al que somete el Atlético a sus rivales en su propio campo durante momentos seleccionados del partido. Una presión selectiva que, tras tumbar al Athletic y después a los andaluces, abrió contundentemente el camino en las dos últimas eliminatorias de la Europa Leaguey, sin ir más lejos, ya le dio también el triunfo en el Bernabéu dos veces. El Atlético desatascó el partido en casa contra el Athletic, primero con un robo de Saúl a San José y después con un fallo en el pase de Unai Núñez provocado por la presión de Gameiro. Griezmann y Costa castigaron esos errores. Después el hispanobrasileño porfió en el Pizjuán y se la jugó a Banega y a Rico. En la segunda parte, Koke agobió y Mercado se la quitó de encima para entregársela a Griezmann, quien asistió al propio Koke.
En la Europa League, el Atlético liquidó en la ida la eliminatoria contra el Lokomotiv con tres goles vía robos en campo rival de Giménez, Thomas y Juanfran. Y qué decir del Sporting en el Metropolitano. Jorge Jesús cayó en la trampa del Cholo. Nada más empezar Koke encimó a Coates, que se la entregó a Costa. De nuevo Koke coronó la acción. El error le persiguió al central uruguayo y contagió a Mathieu. “Lo habíamos trabajado, la predisposición a ir a por el partido; por la presión arriba llegaron los dos goles”, resumía después Simeone. Y es que en el segundo, el nerviosismo le juega una mala pasada a Mathieu que no sabe si despejar o controlar y Griezmann saca petróleo como nadie de esas indecisiones.
No es algo nuevo este arma del Atlético. De hecho, a Simeone le ha servido para sumar dos victorias, precisamente, en el Bernabéu. En 2013 se llevó el botín de los tres puntos gracias a un Filipe que en campo blanco le sacó la pelota a Di María. Koke conectó rápidamente con Costa y marcó en el 10’ el único tanto del partido. Repitió triunfo por la misma vía en 2016. Esa vez fue Griezmann quien anotó. En esa ocasión, entre Gabi y Augusto le quitaron el balón a Isco y armaron la contra. El propio Griezmann la dirigió, combinó con Filipe y recibió de vuelta para liquidar el partido ante un Real Madrid ya entrenado por Zidane. Ahora nueve de los últimos 29 goles colchoneros han llegado de esa manera. Veremos si mañana cae alguno más o la calidad en el inicio del juego del Madrid consigue eludir esa tela de araña.
