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BARCELONA

Las horas bajas de Umtiti

El francés venía de fallar en los dos partidos con su selección y siguió extraviado en el Sánchez Pizjuán. Su falta de concentración y de físico inquieta en el Barça.

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Las horas bajas de Umtiti

Los cantos de sirena del Manchester United parecen haber confundido a Samuel Umtiti. Con un rendimiento impecable desde que aterrizó en Barcelona en el verano de 2016 procedente del Olympique de Lyon por 25 millones de euros, su estrategia de mejora de contrato, que pasaba por esa declaración en Telefoot (“joker”) cuando evitó responder si continuaría en el Barça, ha coincidido con un bajón alarmante en su rendimiento deportivo. Umtiti, que había sido un ejemplo de concentración y se había limitado a ser la pareja perfecta de Piqué, acumula pérdidas en la salida de balón, falta de actividad defensiva, poca concentración, mala colocación y un déficit físico que se evidenció en el gol de Smolov en el amistoso Rusia-Francia y en varios contragolpes del Sevilla de Montella este sábado.

Por orden cronológico, Umtiti empezó su recital de errores con un penalti claro sobre Izquierdo en el amistoso Francia-Colombia. Una entrada a destiempo, prohibida dentro del área. Síntoma de falta de concentración. Supuso el 2-3. Días más tarde, en San Petersburgo, saltó tardísimo a un balón largo del portero. Smolov se anticipó, tocó de cabeza y montó una transición para Rusia que él mismo culminó mientras el ex jugador del Lyon regresaba al trote. Umtiti no lo arregló en el Sánchez Pizjuán, donde volvió a salir en la foto de los dos goles. En el 1-0 del Mudo Vázquez se quedó inmóvil y sin bascular para ayudar a Piqué a coger la marca del argentino. En el 2-0, no fue culpable directamente pero también llegó algo tarde al disparo de Muriel, lo tocó y perjudicó a Ter Stegen.

Salta la vista que Umtiti no está en su mejor momento. En Francia ya ha recibido críticas y, en una selección donde sobran centrales, su presencia en el once titular empieza a estar en entredicho. En Barcelona se ha hecho un hueco en el corazón de la afición y, sin embargo, esas últimas declaraciones a Telefoot no han gustado nada. Todas las informaciones alrededor de la negociación indican que Umtiti quiere esperar a que acabe el Mundial para negociar su mejora de contrato para subir así su cotización. Su cláusula de rescisión, 60 millones, es un caramelo para los equipos de la Premier. Pero si Umtiti quiere mantener su caché, tiene que volver a mirar al césped. El pasado miércoles, escenificó en el Miniestadi un abrazo con el presidente del Barça, Josep Maria Bartomeu. Tal vez, un guiño a su continuidad. Algo descentrado está. Parece evidente. Compromiso, eso sí, es difícil discutirle. Basta con ver su celebración en el 2-2 de Messi en Sevilla.