Indignación en el club por el gol anulado por Cuadra Fernández
Nadie en el Real Valladolid, ni jugadores, ni entrenador, ni directiva entiende la razón por la que el trencilla anuló un gol en Lugo que habría colocado a los pucelanos en promoción.
Indignación total. El Real Valladolid no da crédito a lo sucedido en el minuto 85 del partido en Lugo (0-0) cuando Toni Martínez cabeceaba un centro de Antoñito a la red y el árbitro, Cuadra Fernández, lo anulaba, supuestamente, por un empujón del valenciano a Pita. Nada más lejos de la realidad. Vistas las imágenes, el delantero remata de manera limpia y ni roza al inhabitual central lucense. Los jugadores pucelanos pidieron explicaciones, pero no convencieron al trencilla de su equivocación.
Si el técnico, Luis César Sampedro, era cauto en sala de prensa: “Me dicen que el segundo gol es válido”, no lo fue tanto el presidente del Real Valladolid, Carlos Suárez, que según recogió ayer el Norte de Castilla en su versión web, clamaba en los exteriores del Ángel Carro contra el colegiado: “Vaya cara dura la del árbitro”. Lo cierto es que no hay protesta oficial. Nadie se quiere arriesgar a una multa de 1.500 euros como la que recibieron Carlos Suárez y Braulio Vázquez hace dos años y medio.
Si habló del asunto Antoñito ayer, que afirmó: “Yo al árbitro no me dirigí, fue muy sorprendente. No era fuera de juego, pitó falta y nos quedamos sorprendidos. Toni dice que no lo toca para hacerle falta, si fuera al revés no pitaría penalti” y concluye: “Nos faltó la suerte que tienen los de arriba. A otros les dan y a nosotros, no”, queja, por cierto, extendida en el club, donde se sienten maltatados por varias actuaciones arbitrales, en general (Rayo, Numancia y Almería), y por las de Cuadra Fernández, en particular, que expulsó a Míchel en Huesca con dos tarjetas en cuatro minutos y que no dio un posible gol de Hervías de falta.
Lo cierto es que en el club molesta la actitud del colectivo arbitral, en general, y la de Cuadra Fernández, en particular, dado que la victoria que habría sido justa de no haberse anulado el tanto de Toni Martínez de manera incomprensible, habría colocado a los blanquivioletas en puestos de promoción.