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ATLÉTICO

El Atleti patinó en momentos clave: Qarabag, Sevilla, Barça...

Y también ayer, ante el Villarreal. El Barça se aleja a once puntos, el Madrid se acerca a cuatro. Plantilla corta. Y estos fallos en Champions, en Copa, en Liga.

Madrid
Simeone, en el banquillo, mucho por resolver antes de que comience la 22-23.
DAVID GONZALEZDIARIO AS

Simeone pronto va a quedarse sin hotel en el que poder alojarse cada vez que viaja a Vila-real para medirse al Villarreal. Si en el Ciutat de Valencia del Levante este año logró romper la maldición, ganar en ese estadio en el que nunca lo hacía, no ocurrió lo mismo ayer en La Cerámica. Da igual que se llame así o El Madrigal: el saldo de las últimas seis visitas es dos empates y cuatro derrotas. Cada vez que el Cholo viaja a una ciudad y pierde no repite hotel. En Vila-real y la zona de Castellón cada vez le quedan menos. 

Y es que en Villarreal a Simeone no le sale el jugar en el alambre. La tostada siempre cae del lado de la mermelada. Si en diciembre de 2016 su partido allí ante el Villarreal sería la última derrota a domicilio en un largo tiempo, una vuelta, un año (hasta que en diciembre de 2017, última fecha del año, visitara Cornellá, al Espanyol, 1-0), el de ayer es su segunda derrota fuera esta temporada. Justo antes del parón, cuando si llueve no hay otros partidos, victorias, que poder usar como paraguas en quince días. El Barcelona se aleja a once, ya un imposible, no matemático pero casi, el Madrid, mientras, se acerca. Está a cuatro... Y el derbi a dos partidos. Justo después del parón, de la Semana Santa. 

Si algo le ha ocurrido al Atleti, por cierto, cada vez más corto de plantilla, el que más de LaLiga, sin poder apenas rotar, que eso también influye, es que en los momentos clave de la temporada ha fallado. Pasó en Champions, pasó en Copa, pasó en Liga. La única competición en la que sus pies retumban con fuerza es la Europa League, que parece quedársela pequeña en estos cinco años de ausencia. 

Champions

Fue el primer gran revés. Quizá porque ocurrió, justo, donde menos se esperaba. En el rival 'más asequible' de su grupo en la fase de grupos de la Champions. Ese Qarabag campeón de Azerbaiyán, una Cenicienta al lado del Chelsea y de la Roma de Monchi. Pero fue ante el Qarabag donde el Atleti falló. Primero allí, en el partido en Bakú, un inexplicable 0-0. Lo jugó primero como si tuviese toda una vida por delante para ganarlo y después con prisa, cuando descubrió que esa vida duraba lo mismo que la de todos los relojes en el fútbol: 90 minutos No le dio tiempo al gol. Y tampoco lo solucionó en Madrid, en el partido siguiente. El gol de Míchel, ex del Getafe, convirtió en Tourmalet la Champions. El Atleti terminó empatando, pero la posibilidad de clasificarse entre los dos primeros se reducía a un porcentaje tan escaso que fue imposible. Aunque el Atleti ganara en Roma, aunque Saúl marcara en Londres. Su Europa sería la Europa League

Copa

El Sevilla llegaba tocado a la eliminatoria de cuartos. Viajaba a Madrid en depresión. El derbi ante el Betis aún dolía, Montella no se notaba. Un palmeo de Moyá hacia dentro de un balón que se iba fuera lo cambió todo. Costa ya había el gol del Atleti, 0-1, y esa jugada era el empate. Después el Sevilla volvió a marcar, remontó. El Atleti también perdió el partido de vuelta en Sevilla. El Sevilla, por cierto, va a jugar la final de la Copa del Rey.

Liga

Primero fue el Camp Nou. El Atleti llegó a cinco puntos y si ganaba se quedaría a dos. Dos solo. Menos de un partido, y el goal-average también en la cartera. Pero desdeñó la primera parte, no salió como mejor le sale en los partidos así, jugar a arrasar, a coger al rival por la pechera. De Griezmann y Costa no hubo noticias. De Messi sí. Una falta lanzada perfecta que se coló por la escuadra de Oblak. Adiós victoria, adiós goal-average, ¿adiós Liga? El definitivo, parece, se lo dijo ayer, con la derrota en Vila-real, la remontada amarilla al 0-1 de Griezmann. Lo dicho: el Barcelona se aleja ya a once. Mientras, el Madrid, no deja de recortar puntos. Y ya está ahí, a cuatro. Simeone no quiere volver a pinchar.