“Quiero ganar títulos en el Atlético”. Griezmann sentenciaba en la web del Atlético al terminar la temporada pasada su intención, cierto es que jornadas después de desatar una tormenta con declaraciones más turbias en su país. Al final se quedó y hoy jugará con el Atlético contra el Lokomotiv de Moscú su partido 50 en competiciones europeas a sus 26 años. Ha disputado 48 en la Champions, donde ha marcado 18 goles y en Copenhague debutó en la Europa League, lo hizo consiguiendo un gol y una asistencia. La derrota en el Camp Nou deja al Atlético muy lejos del título de Liga. A tenor de la diferencia de puntos, tendría que perderlo el Barcelona más que ganarlo los de Simeone. De esta manera, la Europa League es la opción más plausible al título que le queda a los rojiblancos y a un Griezmann que, desde que llegó al Atlético, solamente ha levantado un título, las Supercopa de España en 2014, apenas unas pocas semanas después de llegar al club.
Cuenta pendiente.
Después ha tenido una gran opción, la final de la Champions de Milán de 2016, pero el Atlético perdió el duelo con el Real Madrid en la tanda de penaltis. Lo hizo, además, después de que el francés hubiera fallado un penalti en el tiempo reglamentario con 1-0 para los blancos en el marcador. Griezmann aún tiene la cuenta pendiente. La Europa League nunca podrá hacer olvidar esa final, pero es una manera de ir sumando a su palmarés una competición europea que aún no tiene. Comenzó con muy buen pie en Copenhague. Su actuación sirvió para que el Atlético enmendara el mal comienzo, después de que los daneses se adelantaran en el marcador. Griezmann hizo un partido excepcional en el Parken, asistiendo primero a Saúl y marcando después. Era su primer partido en la Europa League.