29 toques en 38 segundos: al fin un gol con metrónomo
El pasional Espanyol contemporizó en el minuto 90. Este tanto evoca al de Zaragoza, en 2004: 35 toques en un minuto con Lotina como entrenador perico.
Había cedido el Levante el balón como nunca al Espanyol, que registró un inédito 68’2 por ciento de la posesión en todo el partido, pero como en otras ocasiones le había empachado, insistente en fiarlo todo a los centros, como alternativa de un conjunto que se maneja mejor robando y asestando azotes a sus rivales. Pero el gol del empate del equipo perico demostró que hay vida más allá del repliegue, y se convirtió en uno de los más incontestables, por temple en un Espanyol habitualmente pasional, de toda la era Quique. Y eso que se produjo en el minuto 90, cuando las prisas entran en acción y la adrenalina confunde a las mentes más creativas.
Coke, que precisamente había debutado como jugador del Levante ante el Espanyol (en los octavos de la Copa del Rey), rechazaba en el minuto 89 con 29 segundos un esférico que iba a parar a los pies de Víctor Sánchez. El capitán, bien situado como mediocentro, iniciaba las combinaciones en la medular, todas en campo del Levante, y no buscando el pase fácil hacia el portero como en otras ocasiones, también ayudados por la presión baja de los granotas, agazapados ya en su área. De Víctor a Óscar Duarte, el balón circuló hacia David López, quien avanzó metros sirviendo a Óscar Melendo, que devolvía a Duarte y éste, sin tiempo que perder, cedía a la línea de tres cuartos para Esteban Granero.
De nuevo se detenía la pelota en los pies de David, que colgaba con criterio hacia el interior del área, buscando a Gerard Moreno. Saltó más Coke, quien sin embargo no evitó el mejor posicionamiento de los pericos: su rechace iba a parar a los pies de José Manuel Jurado... Y el resto, ya es historia, con el regate del gaditano, que entre un mar de cuerpos colocaba el balón en los pies de Leo Baptistao, en el área pequeña, para que lo empujara a gol. Siete segundos pasaban entonces del minuto 90.
En total, fueron 38 segundos de jugada, de maduración, con 29 toques, ocho pases y un par de regates. Una acción pocas veces vista en las últimas temporadas, lo que evoca a aquel maravilloso tanto del Espanyol ante el Zaragoza (0-1), el 5 de diciembre de 2004: aquella acción duró un minuto exacto y contó con 35 toques y 25 pases, culminando con una asistencia de Dani García Lara y el gol de Raúl Tamudo.
Esa tarde, en La Romareda, el entrenador, Miguel Ángel Lotina, manifestó medio en broma, medio en serio: “Hemos esperado 100 años para ver un gol así”. El Espanyol de Quique ahora ha demostrado que tiene calidad para emularlo. Solo es cuestión de intentarlo.
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