Busquets-Rakitic: el doble pivote también puede ser ADN Barça
Sergio dio 63 pases con un 93,7% de acierto ante el Atlético. El croata repartió 84 pases con un 89,3% y recuperó nueve balones. Se asocian y mantienen el fútbol de toque.
Sergio Busquets e Ivan Rakitic forman el doble pivote de moda en el Barça. Sí, doble pivote. Hace apenas unos meses parecía imposible utilizar esa terminología en un club purista por antonomasia, con aroma holandés y acostumbrado, desde la llegada de Rijkaard (e históricamente acostumbrado desde Cruyff y salvo episodios extremos con Robson, Serra o Antic), a jugar religiosamente con un 4-3-3 que se antojaba inamovible. Interiores y extremos podían tener un perfil más o menos ofensivo (Daniel Alves o Adriano llegaron a jugar como falsos extremos y jugadores como Keita, Mascherano o el mismo Busquets actuaron como interiores en distintas épocas con Guardiola o Luis Enrique) peor el dibujo era intocable. Valverde ha reinventado en cierto modo al Barça. Al menos sobre la pizarra. Tal vez hasta ahí llegaba su frase de “profundizar en el estilo” cuando fue presentado el 1 de junio de 2017. El Txingurri ha respetado ciertos códigos del Barça de los últimos tiempos: el respeto al balón y la posesión. Pero aprovechó el adiós de Neymar para darle un toque más cartesiano. El Barça del tridente se estaba rompiendo y la única buena noticia de la huida del brasileño a París era darle cierto equilibrio al equipo. Busquets-Rakitic dan equilibrio, pausa, toque y construcción.
Interior derecho con Luis Enrique, futbolista tremendo de ida y vuelta, Rakitic ha ido centrando su posición con Valverde hasta jugar de igual a igual con Sergio Busquets. El croata también ha tirado a la basura otro falso cliché que proclamaba que Busquets sólo podía jugar como único pivote. Ese debate alcanzó incluso a la Selección después de aquel simbólico primer partido de España en el Mundial de Sudáfrica en 2010. Llovieron críticas al estilo de la Selección después del 0-1 ante Suiza y se pidió, desde buena parte de la crítica, que Del Bosque prescindiera de uno de los pivotes. “Si yo fuera jugador, me gustaría parecerme a Busquets”, dijo el seleccionador. El caso es que con los pasillos de seguridad controlados, España ganó el Mundial encajando cero goles ante Portugal, Paraguay, Alemania y Holanda. El doble pivote Xabi Alonso-Busquets funcionó. Esta pareja con Rakitic es distinta. El croata es un jugador menos posicional que el ex madridista. Tanto que se permitió el lujo de recuperar nueve balones ante el Atlético, pero también de dar 84 pases con un 89,3 de aciero y descolgarse hacia arriba con peligro varias veces en la segunda mitad. Es un jugador de mayor recorrido.
Busquets se ha quitado trabajo y, sobre todo, Valverde ha encontrado otra solución en la salida de balón. Durante años, el recurso del Barça cuando los equipos subían su línea de presión era retrasar a Busquets a una posición de falso líbero para que iniciase el juego. Ahora es fácil ver a Busquets y Rakitic coordinarse para aparecer junto a los centrales e iniciar el juego dando alguna pista menos al rival. El doble pivote también puede ser ADN Barça.
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