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ADIÓS A QUINI

Quini, alma del sportinguismo

Con el fallecimiento de Quini da comienzo la leyenda de 'El Brujo', fuente de inspiración del Sporting y uno de los grandes goleadores de la Liga.

Quini, alma del sportinguismo
eloy alonsoDIARIO AS
ASTV

La súbita muerte de Enrique Castro González ha supuesto la conversión definitiva del que fue  historia viva del sportinguismo en leyenda del fútbol español. Quini ha sido el espejo en el que se han mirado varias generaciones de aficionados del Sporting de Gijón. No en vano, fue allí donde hizo las delicias de su parroquia en 15 temporadas repartidas en dos intervalos, 1968-1980 y 1984-1987.

Quini era un goleador forjado en el Ensidesa, el punto de partida sin el que es imposible comprender su formación futbolística. Llegó a este equipo industrial de Avilés después de tener que abandonar sus estudios y el oficio de soldador. En el campo de La Toba comenzó a hacerse futbolista antes de firmar por el Sporting de Gijón, al que llegó en 1968. No fue hasta el 8 de febrero de 1970 cuando debutara, un Sporting-Osasuna de Segunda.

Sin embargo, los primeros éxitos de 'El  Brujo' comenzaron en su segunda temporada en Gijón, cuando hizo "doblete": el Sporting subió a Primera tras diez años en la categoría de plata y Quini alzó su primer Pichichi con 24 goles. En el club rojiblanco encadenó 12 temporadas consecutivas en las que fue máximo goleador en cuatro ocasiones (1970, 1974, 1976 y 1977).

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AGUSTIN VEGADIARIO AS

Sus grandes registros goleadores llamaron pronto la atención de Kubala, seleccionador nacional, que le incluyó por primera vez en una convocatoria en 1970, año en el que se produjo su debut con España (2-1 ante Grecia en La Romareda, con un gol suyo). Con la Roja disputó los Mundiales de Argentina 1978 y España 1982 y la Eurocopa de Italia 1980. En total, 37 partidos y ocho goles.

Su innato olfato goleador llamó la atención del Barcelona. El club azulgrana tardó cuatro años en lograr su fichaje tras los primeros intentos, que comenzaron tras finalizar la temporada 1975/1976, en la que el Sporting descendió a Segunda a pesar de que Quini volvió a ser Pichichi. El club sportinguista dio varios portazos al Barcelona, rechazando ofertas que empezaron en 40 millones de pesetas y acabaron en 82. Finalmente, llegó a la Ciudad Condal en 1980 en medio de una gran expectación mediática.

Quini, golpeando el balón ante la presencia de Arteche y Miguel Ángel Ruiz.
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Quini, golpeando el balón ante la presencia de Arteche y Miguel Ángel Ruiz.Diario As

En Barcelona, Quini cosechó todos sus títulos a nivel de clubes: dos Copas del Rey, una Recopa de Europa, una Liga y una Supercopa de España. 'El Brujo' sufrió además su sonado secuestro a punta de pistola tras un partido ante el Hércules. Fueron 24 días de enorme tensión e incertidumbre encerrado en un zulo en Zaragoza.

Tras su exitoso periplo en Barcelona, Quini tenía ya 35 años y pensaba en la retirada, pero finalmente decidió regresar a Gijón. A su hinchada de siempre le regaló sus tres últimas temporadas en el fútbol profesional. Puso punto y final a su carrera el 14 de junio de 1987 ante el Barcelona en Liga. Las cifras que había sumado eran astronómicas en esa época: 219 goles en 448 partidos en Primera División, 165 de ellos con el Sporting, del que sigue siendo el máximo artillero de su historia.

Finalizada su carrera en los terrenos de juego, Quini siguió vinculado al Sporting, del que fue ayudante técnico y delegado. Además de su secuestro Quini vivió otro drama a nivel personal, el fallecimiento de su hermano Jesús -guardameta del Sporting durante 13 temporadas- en 1993 cuando salvaba a dos adolescentes británicos en la playa de Pechón. Con su simpatía y su inconmensurable corazón, Quini se convirtió en una suerte de embajador oficioso del fútbol patrio, además de "alma máter" de una afición que ha elevado a la categoría de mito a su querido Brujo.