Los romanos adoraban a una diosa llamada Ocasión, a la que representaban como una mujer muy bella, que se desplazaba de puntillas sobre una rueda y con alas en su espalda. Ver venir a esa belleza de cara con un largo pelo rubio era una invitación a que esa era tu oportunidad y que no vendría una mejor. Así que la belleza de Ocasión era la evidencia de que las ocasiones llegan cuando llegan y si no lo aprovechas, no tendrás excusa. Pero esa diosa Ocasión tenía una espalda fea y sobre todo un cabeza totalmente lisa y calva. Esa calvicie era una forma de reforzar que lo bueno ya había pasado y la evidencia de que además ya no había cabellera a la que agarrarse.
Y parece que el Villarreal no aprende y una vez más y en Europa, le toca ver la fea calva de la diosa romana. El problema es que esta vez no se escapó por desidia, ni por mala suerte, ni por el árbitro ni por el rival. La ocasión le llegó al Villarreal en su peor momento. La salida de Bakambu no fue la mejor noticia, pero los que estaban bien ya no lo están. Tampoco están a los que se les esperaba. Todo ello hace del equipo de Calleja un conjunto plano arriba y que cuando arriesga se desestabiliza y lo pasa muy mal. Lo malo es que la ocasión de volver a Europa pasa por la Liga, y la calva de la ocasión de la Liga es mucho más fea y más dura que esta de Europa.