1X1 del Celta: Tucu, el más irreconocible de todos
El chileno firmó un partido para olvidar como mediocentro. Sólo el portero Rubén Blanco se salvó en la desastrosa actuación colectiva del Celta.
Rubén Blanco: No pudo hacer nada en los goles y evitó un resultado más demoledor. En el primero gol el balón lo desvió Sergi Gómez y en los otros dos le rematan a placer. Metió una buena mano con 0-0 a disparo de Fajr y salvó el 4-0 con una gran intervención con los pies.
Hugo Mallo: No se lo notó cómodo, aunque pasaron pocas cosas por su banda. El planteamiento del Getafe apenas le permitió subir la banda. Se despistó en el tercer gol.
Roncaglia: No impuso su jerarquía. Fue el más agresivo de los cuatro zagueros, pero no le bastó para frenar a Ángel y Molina. Cuando Unzué lo retiró, la defensa concedió aún más facilidades.
Sergi Gómez: También se vio superado por el tándem de delanteros local. En el primer gol permite a Ángel que arme el disparo y tiene la mala suerte de desviar el remate a gol. Un error similar al de la pasada jornada en el tanto del empate del Espanyol.
Jonny: Desenchufado. No dio continuidad a su buen momento de forma. Encuentro insulso del lateral tanto en ataque como en defensa.
Lobotka: El único entonado con el balón en la primera parte. Tras el descanso también desapareció y el segundo tanto tiene su origen en una pérdida del eslovaco, en la que puede haber falta. Acabó tan perdido como sus compañeros
Hernández: Irreconocible. Actuó como pivote por delante de los centrales, acusando en exceso el mes que ha estado sin ser titular. Torpe con el balón y sin aportar su característica intensidad defendiendo.
Wass: Desdibujado. No encontró su lugar ni metiéndose por el medio, ni cayendo a la banda. Una sombra de sí mismo.
Sisto: Sigue sin recuperar la inspiración. Participativo en los primeros minutos, se fue desconectando hasta que Unzué lo sustituyó. Lleva varias semanas sin desbordar.
Iago Aspas: Cabrera ya lo había “cazado” dos veces por detrás en el minuto 23. Ambas acciones merecieron tarjeta, pero el defensa sólo vio una cartulina. Bordalás buscó anularlo y lo consiguió por completo. Su fallo en el 1-0 lo desconectó definitivamente.
Maxi Gómez: No recibió ningún balón en condiciones. De los pocos de su equipo que no evitó el cuerpo a cuerpo con los jugadores locales.
Emre Mor (entró por Sisto): Intentó revivir al Celta con acciones individuales y no le salió nada. Vio una tarjeta y a pesar de estar amonestado siguió protestando con vehemencia. Desesperado.
Radoja (entró por Hernández): Entró para poner orden y el partido también se lo llevó por delante. Falto de tensión y sin claridad.
Boyé (entró por Roncaglia): Su papel de revulsivo se limitó a resbalarse y hacer faltas.
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