"Hay jugadores que por quedarse en el Adarve han rechazado ganar diez veces más dinero"

Víctor Cea cumplió el domingo domingo contra el Fuenlabrada 150 partidos oficiales como entrenador del Unión Adarve. Más de tres temporadas y media en las que, por el camino, el joven técnico (21-5-1984, 33 años) ha conseguido ascender al modesto equipo del Barrio del Pilar a Segunda B (milita en el grupo 1) y va camino de mantenerlo con solvencia en la categoría. No obstante, su equipo no ha pisado los puestos de descenso directo en toda la temporada y solo ha estado una jornada en el de promoción de permanencia.

Humilde guiado por su ambición —"creo que podía haber dado un poquito más de nivel y podríamos haber hecho un poquito mejor las cosas", dice en el transcurso de la entrevista—, nos atiende durante 20 minutos después del partido aplazado contra el Valladolid B, su encuentro 149. Es el Día de San Valentín y le robamos tiempo de estar con su esposa, que le espera tras el encuentro. La pareja espera a su segundo hijo para finales de marzo.

—¿Qué valoración general hace de sus 150 partidos como entrenador del Unión Adarve?

—Un aprendizaje y una experiencia deportiva y vital [aparte de los hijos, se casó en vísperas del playoff de su primera temporada] tremendos. Del Víctor que llegó aquí a lo que soy a día de hoy le debo mucho al Adarve en mi crecimiento.

—¿Recuerda el primer partido [contra el Puerta Bonita en el Antiguo Canódromo de Carabanchel, en la 2014-2015]? ¿Qué guarda de aquello?

—Una gran victoria con chicos que me conocían poco y que sin embargo ya estaban superinvolucrados conmigo. Una sensación muy alegre de aquel partido.

—Quién iba a imaginarse entonces al Unión Adarve en Segunda B y al Puerta Bonita [recién descendido y con el objetivo de volver a la categoría de bronce] con el primer equipo desaparecido…

—No te imaginas que un club con la historia del Puerta Bonita le haya ocurrido lo que le ha ocurrido y creo que casi nadie imaginaba que el Adarve llegara a competir como está compitiendo en Segunda B. Eso sí, era algo que nos ilusionaba imaginar.

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—¿Cómo valoras el rendimiento del Adarve en su debut en Segunda B sin haber pisado los puestos de descenso aún?

—Creo que el nivel que han mostrado los jugadores es muy alto para la experiencia que tenían. Al final no podemos olvidar que hemos hecho una plantilla de jugadores de Tercera División. Algunos, muy poquitos, los podemos contar con los dedos una mano, habían tocado la Segunda B, y hacía años. El resto, incluso el cuerpo técnico, no sabían lo que era la categoría. En eso la adaptación ha sido rápida y ha sido buena. Pongo un pero, que es mi nota: creo que podía haber dado un poquito más de nivel y podríamos haber hecho un poquito mejor las cosas.

—¿Qué cree que le ha faltado?

—Bueno, creo que en algún momento de la temporada tendríamos que haber tomado decisiones mejores en algún partido y no estuvimos tan acertados. Y eso es una desgracia, porque te penaliza, pero también te vale para crecer y mejorar como entrenador.

—¿Cuánto les costó retener a jugadores el pasado verano? ¿Cuántas ofertas les llegaron a sus jugadores?

—En verano fue una locura. Hacer la plantilla fue una auténtica locura. El mercado en Segunda B es una cosa diferente a la Tercera. En el Adarve, aparte de entrenar, llevo la Dirección Deportiva y fue una locura a la hora de incorporar jugadores porque era muy difícil. El jugador de Segunda B veía al Adarve como la última opción de todas las opciones de la categoría e incluso por detrás de alguna opción muy top de Tercera. Entonces eso fue una locura. Igual que renovar a jugadores que tenían ofertas. Como Álvaro Sánchez, un caso que fue imposible de convencer y de retener, era un salto muy importante para él [se fue al Atlético Baleares y ahora está en el Ontinyent]. Otros tuvieron ofertas económicas muy superiores y decidieron quedarse. Nos costó mucho.

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—¿Y en el mercado de invierno? Ha habido muchos movimientos en la categoría…

Igual. Ha habido jugadores que eran desconocidos para la categoría, que se han dado a conocer un poquito y los clubes se han interesado. Al final, es verdad que el presupuesto que nosotros manejamos no es un presupuesto de Segunda B y cualquier oferta que les hacían… Hay una anécdota de un chico que me decía un día en el mercado de invierno: "Míster, yo me quiero quedar, pero es que no paran de llegarme ofertas. La última que me ha llegado es de cobrar diez veces lo que cobro en Adarve". Claro, si cualquier jugador de Segunda B nos dice esto quizás no le creamos, pero es que a un jugador del Adarve le puede llegar una oferta de diez veces más y no ser una cantidad desorbitada para la categoría. Fue el caso. Y hablando con el chico, fue él el que decidió quedarse y apostar por terminar de hacer una buena temporada con sus compañeros por no bajarse del barco ahora en mitad de camino.

Hay que valorar muchísimo eso porque cuando hablamos de que el vestuario es una piña o que está muy unido, en esos momentos es cuando se nota. Igual que cuando pierdes algún partido, cuando tienes una oferta. Hace poco uno de nuestros capitanes tuvo una oferta tremenda de otro club de la categoría de aquí de Madrid y ha perdido mucho dinero por quedarse en el Adarve. Eso al final te hace valorar el nivel humano que hay en el vestuario y la unión entre todos ellos. Eso a nosotros nos da muchísimo.

—Podríamos decir que el mejor fichaje de invierno es que no se le haya marchado ninguna pieza clave, pero es que ha llegado un jugador como Berodia.

—Y también Edu Prieto, que es otro jugadorazo. Es verdad que Berodia es un fichaje muy mediático, que además ha competido en categorías más altas y que estaba teniendo un rendimiento en Majadahonda muy alto. Era muy importante mantener lo que teníamos y también era importante reforzar el equipo. Lo valoramos y encantados de haberlo logrado. Estamos contentos del trabajo que hemos hecho, que se ha tenido que poner las pilas todo el club para conseguir fichar y que se mantuviese la plantilla.

Balance de los 150 partidos de Víctor Cea con el Adarve

—Usted que está haciendo carrera de entrenador sin haber sido futbolista de elite, ¿qué obstáculos se ha encontrado para llegar, de momento, a Segunda B?

—No creo que debamos pensar en las dificultades que tenemos. No quiero ni pensarlas, ni te las digo. Lo que creo es que tenemos que trabajar mucho y bien y al final yo creo que si trabajas mucho y bien en algún momento te llegará la oportunidad. ¿A lo mejor tarda un poquito más que en otros casos? Pues puede ser, pero igual que hay gente que tiene más fortuna en su entorno laboral y gente que tiene menos, porque caes mejor a un jefe o caes peor. Esto es un poco parecido. Más que compararte con otros, lo que yo hago es mirarme mucho el ombligo para cometer los menos errores posibles, corregir esos errores que, comentaba antes, he cometido este año, para no volverlos a cometer, que me hagan ser mejor entrenador y poder seguir creciendo.

—Hablando de entrenadores, ¿qué referentes tiene como técnico?

—Me gusta mucho lo que transmite y lo que ha hecho Bielsa en su carrera, sin ser un entrenador tan ganador como otros. Guardiola en su momento y ahora mismo, Mourinho… Es decir, perfiles diferentes. Cada uno tiene cosas positivas de las que puedes aprender. Pero también me quedo con entrenadores referentes con los que compites y ves que tienen una capacidad muy alta y de los que puedes aprender. Yo creo que ese perfil de entrenador también es mucho más referente para mí, es mucho más cercano, practican el deporte que yo practico. Creo que esos otros, todavía es otro deporte. Rubén (Albés) en el Celta B, Abraham (García) en la Segoviana, Óscar Fernández en el Atlético B, Tito Sanjuán ahora en el Toledo y antes en la Formentera…

Y hay un entrenador que hora no está en activo pero al que le debo muchas horas y muchas conversaciones, con el que estoy muy en deuda y para mí es muy top: David Movilla, que entrenó al Barakaldo. Y, también, por supuesto, el cuerpo técnico del Adarve, de los que cada día aprendo algo nuevo: Pepe, Masero, Chus, Elena, los preparadores físicos, los fisioterapeutas, sin olvidarme de Alberto Mañas, que estuvo en el cuerpo técnico conmigo hace dos temporadas y sigo recurriendo mucho a él.

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—Alguna vez ha dicho que se había marcado como meta llegar a Segunda B con 35 años. ¿Tiene alguna meta señalada después de alcanzar esa?

—Sí, las tengo, pero me las prefiero guardar para mí.

—¿El partido 200 con el Adarve, llegará?

—Espero que sí y que sea en Segunda B, en el mejor escenario posible y disfrutando de los jugadores que tenemos y del club en el que estamos, que creo que somos muy privilegiados por trabajar donde trabajamos.

—Me queda la espinita de no haber sido capaz de ganar en Las Gaunas, porque creo que pudimos ganar, que estuvimos cerca de hacerlo. Pero superorgulloso de cómo el equipo jugó esa Copa del Rey, de cómo eliminó al Majadahonda, que en ese momento iba líder. De cómo contra el Logroñés, que también iba líder de su grupo, fuimos capaces de plantarles cara en todo momento contra jugadores que habían jugado en Primera División algunos. Superorgulloso, pero es verdad que sí que nos queda la espinita clavada.

—¿Podréis sacárosla la temporada que viene?

—Ojalá. Pero primero, antes de eso, lo que tenemos que hacer es trabajar y estar totalmente concentrados en salvar la categoría, que ya vemos que hemos jugado contra un equipo que está descenso y no hemos sido capaces de ganar. Esto es muy complicado y todavía queda mucho para salvarse.

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—¿Cómo está viendo su grupo esta temporada?

—Como favorito y sin duda como equipo con más capacidad veo al Fuenlabrada. Por plantilla, por club, por institución, por todo. El día que jugamos allí en Fuenlabrada estábamos jugando contra un equipo que no parecía de Segunda B. Todo: cómo estaba gestionado, el partido, el trato, los rivales que había en el campo, el míster, que es otro referente sin duda. Aglutina lo que creo que debe de ser un equipo para subir a Segunda A. Luego hay otros equipos que también lo están haciendo bien. El Fabril de principio de temporada me parecía un espectáculo. Cristóbal es otro entrenador a tenerlo en cuenta, al que ahora por desgracia lo cesan en Primera División y está sin banquillo. Son las cosas que tiene el fútbol, pero me parecía una maravilla ese Depor. Luego sin duda Navalcarnero y Bouzas, es muy meritorio lo que están logrando. Y a todos nos sorprende ver en la parte baja a clubes como el Toledo, la Ponferradina o el Racing de Ferrol. Por proyecto, presupuesto y por institución es extraño verlos ahí.

—Lleva casi toda la temporada evitando pronunciar las palabras permanencia y salvación. Siempre dice que el objetivo con su equipo es competir…

—Nuestro objetivo no es salvarnos. Una de las cuestiones que sí hemos llegado a decir es que nosotros, cuando firmamos jugadores o cuando hablamos en el vestuario, nuestro principal objetivo es que no queremos sufrir para salvar la categoría. No queremos salvarnos en la última ni en la penúltima jornada. Probablemente si preguntáramos a la Directiva diría que bendita desgracia salvarte en la última o en la penúltima, pero salvarte. Pero nuestro proyecto siempre es competir y tener muy claro que no queremos ser un equipo que se salvara en la última o en la penúltima jornada, queríamos lograr algo más que eso. ¿Ese algo más? Pues vamos a ver qué somos capaces. Pero sin duda eso pasa por competir en cada acción, cada segundo de cada partido.

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