Joaquín es eterno
Con 36 años, Joaquín Sánchez llevó al Betis al 2-1 con dos asistencias. “Seguiré hasta que vea que no me voy de un cono...”, dice.
Joaquín no tiene fin. Con 36 años, sacó la finta y el sprint otra noche más y llevó al Betis a hombros hasta una remontada temporal, el 2-1. Lo hizo con dos asistencias (Keylor le negó un golazo de falta) y la sensación de peligro que se niega a abandonarle. Su excompañero Santi Cañizares estaba rendido en el postpartido de Movistar+Partidazo: “Lo ha hecho todo absolutamente bien, qué satisfacción ver a un jugador de su edad con esa lucidez futbolística”.
Joaquín acumula tantas millas recorridas (529 partidos) como anécdotas en YouTube. Lo mismo se hace pasar en una entrevista por aficionado al tenis (“¡No he cogido una raqueta en la vida, Julio!”, le confiesa luego a Baptista) que narra cómo trucaba motos o que no dejó de mamar de su madre hasta los seis años. O aquel día, recién llegado a la Fiorentina, en que se lanzó a usar una versión sui generis del italiano. De Florencia, por cierto, “muy bonita pero que está como sin acabar”, siempre recuerda el dolor al pasar la tarjeta de crédito para pagar un café en la piazza del Duomo. Años antes, Lopera lo llevó castigado al Carlos Belmonte, amenazado de traspasarlo al Albacete si no renovaba. “Llegué, compré un queso y me fui”, diría años después con su guasa imperecedera.
Tampoco caducan sus capacidades. En Carrusel Deportivo se debatía durante su exhibición de ayer si con alguna pata de gallo menos no iría a Rusia este verano, y al descanso Gordillo puso en duda ante el micrófono de Mónica Marchante la edad que figura en el DNI del capitán bético. “El Gordo me quiere, pero tengo 36 tacos, que más quisiera tener diez menos...”, respondería riendo el propio Joaquín. No se le ve la mella del agotamiento. “Sigo disfrutando y voy a seguir hasta que vea que no me voy ni de un cono...”.
De momento sigue yéndose. El 28 de diciembre, no podía ser otro día, anunció que renovaba hasta 2020 y con su gol al Leganés del pasado 15 de enero es el tercer futbolista más longevo, en activo, en haber marcado en Liga. Lo hizo con 36 años y 178 días y sólo le superan Rubén Castro (36 años y 202 días) y Aduriz (36 años y 349 días).
Mientras Joaquín vaciaba su físico robando por el camino seis balones, Bale, ocho años menor y cero recuperaciones, parecía una sombra por Heliópolis. “Ha hecho su partido...”, fue lo único que atinó a explicar Zidane sobre la noche del galés, quizá envidiando la alegría y el desparpajo del 17 del Betis.
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