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TEATRO Y FÚTBOL

‘Playoff’: un gol al machismo desde el escenario del teatro

Reflexiona sobre el papel de la mujer en un mundo de hombres. Una tragicomedia en torno al fútbol, marca camino a la liberación de la mujer.

Seis actrices de las siete que interpretan ‘Playoff’ y su director posan para AS en el teatro. Arriba, de izquierda a derecha: Cristina Varona, José Luis Orellana, Neus Cortes y Cristina Bertol. Abajo: Cris Gallego, María Romero
Seis actrices de las siete que interpretan ‘Playoff’ y su director posan para AS en el teatro. Arriba, de izquierda a derecha: Cristina Varona, José Luis Orellana, Neus Cortes y Cristina Bertol. Abajo: Cris Gallego, María Romero Pepe Andrés / Diario AS

Baja la luz, un vestuario aparece, siete mujeres lo llenan. Esto es teatro, pero también fútbol. Y femenino. Escribió Marta Buchaca, dirige José Luis Arellano, representa La joven compañía. No nació como grito. Lo dice ella, la autora (“Cuando me lo propusieron hace un año era hacer una obra sólo con las chicas de la compañía, sobre deporte. Un canto a la madre, a la mujer”). Hoy, sin embargo, lo es. Y levanta la voz frente al machismo. La obra se llama Playoff. En Conde Duque hasta el 24 de febrero, la semana pasada agotó todas su matinales.

Tragicomedia, Playoff gira sobre un principio que dio vueltas en la cabeza de la autora cuando comenzó a pensar, a investigar: “Los hombres son jugadores de fútbol, las chicas juegan al fútbol”. Sobre ese matiz construyó, escribió su partido. Tiene dos porterías. Una es esa que se cuenta sobre la escena: esas siete mujeres se juegan la clasificación para el campeonato de España. La otra sobrevuela: es el gol al prejuicio, “marcar el camino a la liberación de la mujer”.

A la función del jueves acudió Conchi Amancio, la primera del fútbol femenino español. La acompañaba Ana Rosell. “Miraban y recordaban: lo que veían no les extrañaba”. Se han dado pasos, muchos en los últimos años, y gigantes, pero aún queda. Marta lo resume con un pensamiento en voz alta:El Madrid no tiene equipo femenino: esa es la muestra de la poca importancia que se da todavía”. El Atleti sí, sin embargo.

Y el último campeón de liga, aupado de cero sobre los hombros de dos mujeres, Lola Romero y María Vargas, ha sido ejemplo. “No dejábamos de mirar su Twitter, informarnos de qué hacían, cómo”, cuenta María Romero, una de las actrices. Ella es la mujer ambiciosa (“no está bien visto, sin embargo, en el hombre se loa”, describe Marta). Uno de los perfiles de la obra. También está la madre que sólo siendo madre no se siente plena. Y la mujer enganchada a “la historia de amor que nos han contado”. Y aquella que renunciar a un sueño, jugar a fútbol, por abrazar qué debe: una oposición, la vida programada. El hombre mantendrá.

“Elegí el fútbol porque es el deporte más machista que hay”. “¡No dejo de sentir que juego en un equipo de barrio, aunque lo haga en la élite!”, dice, en una escena, una de sus protagonistas. En otra, cuentan, la mujer que más cobra por jugar al fútbol “no supera los 60.000 euros”. Cristiano Ronaldo, en su último contrato, firmó 21 millones, netos, al año.

Poso. “Nos parecía que el fútbol era una buena lupa”, habla José Luis, rodeado de sus actrices. Vestidas de Kelme, confiesan que las espinilleras es el atrezzo “más incómodo”. Y que el otro día, en una de las matinales con institutos, una chica contó que juega al fútbol, “pero los chicos no la tratan de igual en el patio”. “Que siempre es de menos”, revela Neus Cortes. “Alucinas cómo les llega el mensaje”, dice Cristina Varona. A los jóvenes. A ellas, y a ellos.

“Era un tema controvertido pero, en las primeras funciones, nos quedamos maravillosamente sorprendidos”. Ellas y ellos en pie. Aplaudiendo. Meditando. Los focos del teatro se apagan, el suyo, sin embargo, es un partido que se seguirá jugando. Sus goles, quieren, resonarán algo. Hay muchos vestuarios en lo que hacer eco.