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LAS PALMAS

Los 5 pecados capitales

Desde los bandazos para elegir entrenador y una mala pretemporada hasta la debacle de Girona. Una cadena de despropósitos.

Actualizado a
Las Palmas.

Paco Jémez, el último en llegar

El banquillo de la Unión Deportiva Las Palmas parece maldito esta temporada. Hasta el momento han sido cuatro sus moradores, mas no se advierte ningún otro cambio. “Paco Jémez acabará la temporada”, aseveró rotundo Miguel Ángel Ramírez el lunes.

Tanto vaivén ha condicionado a la plantilla, teniendo que adaptarse a dinámicas de trabajo muy distintas en muy poco espacio de tiempo. Todo comenzó con la no llegada De Zerbi, teniendo el club que apostar a última hora por el dimitido Manolo Márquez. El experimento con su sustituto, Pako Ayestarán, no puedo salir peor. Lo de Almirón no salió, y el ‘marrón’ le cayó a Paquito, quien no cuenta como entrenador para la entidad. Ahora está Jémez. La UD se excusa en que solo hubo una dimisión y que Paquito era interino.


Jugadores clave fuera de forma

Cuando un equipo atraviesa un momento tan malo como el que ahora mismo ahoga a la UD, el efecto contagio es imparable. Salvo Viera o Calleri, el resto de la plantilla ha estado venida a menos en lo que llevamos de temporada. Hay casos especialmente llamativos, pues son futbolistas a los que se presuponía un papel esencial en el equipo.

Uno de los ejemplos más ilustrativos es el del central uruguayo Mauricio Lemos, a años luz de su nivel. Lento, acaso apático, hoy en día en nada se parece a aquel futbolista por el que preguntó el Barça. Dani Castellano es otro caso sangrante, pues Borja no representa una alternativa fuerte. Chichizola se evaporó demasiado rápido y Macedo, ante de lesionarse, estaba lejos de su punto óptimo. El equipo lo ha notado en demasía


Una plantilla muy descompensada

Miguel Ángel Ramírez, máximo dirigente de Las Palmas, dijo al alba de la presente temporada que la actual es “la mejor plantilla de la historia de la entidad”. Ante el fracaso de juego y resultados, sustentó esa afirmación en el alto coste de la misma. Lo cierto es que, desde el inicio, ha demostrado estar descompensada. Un ejemplo claro se refleja en la figura de Calleri, con síntomas de fatiga ante la falta de sustituto. El otro delantero, Remy, fue siempre titular estando sano y ya no está, con lo que hace falta más mordiente arriba. ¿Erik Expósito? Ahí sigue, en el filial...

La marcha de Vitolo se intenta subsanar con Jairo, y salvo Samper se echaba en falta un volante con capacidad para sacar la pelota. Otro que ya no está. Los problemas se acumulan.


“No permitiré que manchen el escudo”

No son solo unas estadísticas que no admiten debate alguno, sino las sensaciones que ha dejado el equipo grancanario en la derrota. Acumula goleadas y, solo en liga, le han metido ya 46, lo que implica que, de largo, su defensa es la peor de la liga. Errores groseros, especialmente llamativos en Girona, han condenado a los amarillos a galeras. “No permitiré que los jugadores manchen el escudo de la Unión Deportiva Las Palmas”, dijo MÁR el lunes Lo cierto es que el equipo acumula varias actuaciones deshonrosas este curso, como la vuelta copera en Valencia (4-0), la visita del Atleti (1-5), la vuelta copera ante el Depor (2-3), la visita a Villarreal (4-0), los viajes a Getafe o Vitoria (2-0)...

Una afición desconectada del club

En el mejor momento de su historia, con más músculo económico que nunca y con su primer equipo acumulando tres temporada seguidas en Primera División, la afición de Las Palmas parece desconectada del club. Tanto es así que, de hecho, en los tres últimos cursos no se ha registrado un solo lleno en el EGC, ni siquiera cuando han venido Barcelona, Atlético de Madrid o Real Madrid.

Un política de precios en ocasiones demasiado abusiva, promociones que parecen improvisadas, declaraciones del tipo “el que no pueda pagarlo que lo vea por la tele”, apelar “a los de siempre”... han hecho que los aficionados amarillos se alejen del club. La entidad desaprovecha así una oportunidad de oro de generar más músculo social que nunca en su vida.