El nuevo rombo de Natxo
El cuartero formado por Eguaras, Javi Ros, Raúl Guti y Febas mezcla mejor y le da al Zaragoza mayor equilibrio y elaboración. Zaragoza - Valladolid: LaLiga 1|2|3, jornada 41
El Real Zaragoza ofreció quizá su mejor versión de la temporada frente al Tenerife. Y lo hizo gracias al buen gobierno, al alto ritmo de juego y a la circulación con intención que imprimió su centro del campo, una línea fundamental para el equilibrio y la elaboración que Natxo González volvió a distribuir en rombo, con Eguaras y Febas en los vértices y Javi Ros y Raúl Guti en los lados.
El técnico estuvo buscando sin éxito durante toda la primera vuelta la mejor mezcla posible entre sus mediocentros y sus volantes, y parece que, por fin, la ha encontrado, sumándose a ese cuarteto Pombo, liberado de cualquier misión defensiva y moviéndose con soltura como un segundo enganche por todo el frente del ataque. Pombo le dio, precisamente, al Zaragoza el gol de la victoria, como hace diez días le dio el empate Raúl Guti, un futbolista en el que Natxo González creyó desde el primer día y que no deja de crecer. Aporta cantidad, pero también calidad, y se le ve muy cómodo al lado de Eguaras y de Febas. Todos parecieron el sábado mejores y, salvo el desfallecimiento final del equipo en el último cuarto de hora, producto de haber desperdiciado media docena de ocasiones claras, incluido un penalti, el equipo convenció a su sufrida parroquia y le dio argumentos para creer en una segunda vuelta que siente las bases del esperado ascenso.
El Zaragoza necesita todavía ajustar su funcionamiento colectivo, especialmente la facilidad con la que se descose en las transiciones defensivas, pero el equipo ha vuelto a ver la luz y es capaz de fabricar media docena de claras oportunidades. Su desacierto en el área rival es un problema de primer orden, que ha solucionado en estos dos últimos partidos gracias a Raúl Guti y a Pombo, pero el equipo tiene otra vez criterio, orden e intención, y ha ganado muchísimo en la salida del balón con Eguaras como ancla. El triunfo ante el Tenerife le ha dado tranquilidad, pero ahora debe ganar en confianza, en seguridad. Y eso pasa por encadenar una buena racha, especialmente en La Romareda, su asignatura pendiente.