Una gol de laboratorio del Getafe pone contra las cuerdas a Michel
Cala finalizó de cabeza un elaborado saque de falta. El Málaga sigue sin levantar cabeza.
Cuando un partido se desarrolla con un fútbol paralizado, nada mejor que el balón parado para resolverlo. Bien lo sabe Bordalás, pues el Getafe es el equipo que más goles lleva de jugadas de estrategia. El mérito inicial fue de Molina, que peleó y peleó el balón hasta sacarle una falta innecesaria a Luis Hernández casi en la cal de la banda derecha. Ahí entró en escena el laboratorio de Bordalás, entrenador que tantas horas y horas le dedica a la estrategia durante la semana para luego sorprender en los partidos. Botó la falta Fajr con un globo que sobrevoló a los habitantes del área, que eran casi todos los que estaban sobre el césped, Ángel descolgado más allá del segundo palo, bajó el baló de primeras templando un centro a la cabeza de Cala, que supo aparecer sin marcaje a su alrededor. Eso fue lo mejor del partido. Así fue el único gol del partido.
Con Guaita fuera de la convocatoria (ha denunciado al Getafe por no cumplir el contrato privado que adelantó As ) y con la cabeza puesta en el Crystal Place, cuando el partido dio comienzo la afición todavía seguía dividida entre los que daban la razón al club y los que se la otorgaban al portero. El Getafe-Málaga empezó prometiendo lo que luego no cumplió, pues la ocasión de Molina en el minuto 3 acabaría siendo lo más peligroso de la primera parte. Molina dejó verdeando a Ignasi Miquel al borde del área, pero equivocó su disparo cuando se plantó solo delante de Roberto cruzando en exceso. El balón rozó el poste, pero por su costado exterior.
Una chilena en posición forzada de Chory Castro (5’) y un remate con efecto muy intencionado de Recio (7’) al que le costó coger la rosca, insinuaban un eléctrico partido, pero eso fue todo. Getafe y Málaga se enredaron el uno con el otro con un juego sin elaboración. El Málaga jugó con un doble pivote Iturra-Adrián y con Recio, otras veces mediocentro, ahora de enganche cerca del área. El Málaga no elaboró bien y su fútbol sólo tenía sentido cuando el balón lo tenía Recio.
El Getafe jugó sin prisas y Bordalás, inteligentemente, ordenó a su defensa tirar el fuera de juego en cada ataque del Málaga, lo que provocó que el espigado En Nesyri se anulara él solo incurriendo una y otra vez en orsay.
El único remate entre los tres palos de la primera parte fue sin querer, pues la intención de Antunes era centrar cuando le salió tan cerrado que el balón acabó en las manos de Roberto.
En la segunda parte, un despiste de Cala (57’) dejó a Adrián en posición inmejorable para rematar de cabeza un envío de Recio, pero Martínez tuvo tiempo para despejar a córner. El Getafe poco decía y lo único que celebrar fue un control de Gaku (62’) pinchando el balón dentro del área pero sin acertar a rematarlo.
Por suerte para el Getafe, a Molina le dio por pelear y perseguir ese balón en el 73’. Ahí estuvo la victoria y eso fue todo.
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