Nolito pone al Sevilla en velocidad de crucero

“Esto es de listos”, repetía Luis Aragonés cada vez que le dejaban hablar de fútbol. Tal vez por eso quedó como Sabio. Resulta que Sevilla y Deportivo habían firmado tregua después de una primera parte a todo trapo, con dos equipos exponiendo y golpeándose para celebración de quienes desafiaron el frío en Nervión. Los equipos se iban a túnel de vestuarios después de haber jugado unos bellos 45 minutos. Todos menos Nolito. Inquieto y travieso, que así lo dicen su personalidad y su fútbol, él quiso hacer una jugada más. Intentó una batalla por su cuenta que no fue a ninguna parte, pero provocó un saque de banda. Siguió corriendo, tal vez sin rumbo fijo, pero encontró la complicidad de tres agentes. Uno, externo. El recogepelotas fue un rayo y evitó que Sánchez Martínez señalase el descanso. Escudero sacó rápido desde el sector izquierdo y el Mudo Vázquez, con estilo casi taurino, dejó pasar un balón que, insospechadamente, estaba otra vez a pies del revoltoso Nolito sólo segundos después de su visión. El de Sanlúcar encontró a Ben Yedder, que tiene una astucia especial para moverse dentro del área. El 1-0 había sido una invención de Nolito que determinó el partido.

Para el Depor fue un golpe bajo del que no se recuperó. El poderío de Valverde y las escaramuzas de Cartabia, Lucas o Adrián perdieron sentido delante de ese descuido. El Sevilla, que había sido bien contestado hasta entonces, impuso su jearquía. Lenglet crece en la posición de central y ha terminado por proyectar y hacer parecer mejor a Geis. Escudero recupera su mejor nivel y Pizarro ha hecho olvidar a Nzonzi a base de cortar balones y hablar el mismo lenguaje que Banega. Mudo, es así, responde a los que le gritan sin hablar pero con criterio en la hierba. Y Ben Yedder es un ratón imparable en el área. Krohn-Delhi, otro ex del Celta como Nolito, le puso la rúbrica al partido. Es el tercer triunfo consecutivo en Liga del Sevilla, que superó al Depor, ha cogido velocidad de crucero y viaja a Maribor en busca de un tesoro asequible. Un punto que le acerque a otro sueño, este en Champions.