Un Athletic-Madrid con Kepa y Ramos en estado de excepción
El meta, que llega a tiempo, llena el partido de morbo. El central jugará enmascarado. Ziganda está en peligro. Once de gala en el Madrid.
Los catorce puntos que existen entre Madrid y Athletic en la tabla son el trayecto que separa la insatisfacción del pánico. Será, pues, un clásico a la tremenda, que dejará la primera imagen en competición de Sergio Ramos enmascarado. Vuelve tras la fractura nasal que le produjo Lucas en el derbi en un duelo digno de su carácter para rematar un Madrid de gala. Porque Carvajal también parece llegar a tiempo y porque Keylor ya pasó el test de la Copa. Sólo falta Bale, en eterna recaída. “Es poca cosa”, repitió Zidane por enésima vez ya sin capacidad de convicción. El equipo montó hace tiempo su vida sin él y le ha ido bien.
El Madrid es arma de doble filo en San Mamés. Un peligro y un estímulo. En este contexto y con otro rival, la afición del Athletic andaría ya con el dedo en el gatillo, pero el pronóstico ambiental habla de lleno y caldera. Al menos de salida. Del Madrid depende que el público se desenganche.
El Formenterazo del martes fue la desembocadura de un Athletic en picado. Ziganda conocía la casa (seis años en el filial), la plantilla se mantuvo (subieron dos del filial y regresaron cuatro repescados) y no se tocó el dibujo de Valverde, pero todo ha dejado de funcionar. Las dos previas de la Europa League alteraron la pretemporada y el resto vino rodado: una sola victoria en los últimos diez partidos de Liga. En todos encajó goles. Durmió a dos puestos y cinco puntos del descenso. Peligra seriamente Ziganda.
No es culpa de Aduriz, que lleva doce goles, uno más que el curso anterior a estas alturas, lo que justifica su renovación, pero las lesiones han pesado. Muniain se rompió el cruzado en su peor momento, Yeray recayó de su tumor, a Beñat le mata el pubis. De Marcos, que ha estado fuera tres meses, jugará hoy. También Kepa, en el centro del huracán. Ha estado tocado en un tobillo, pero se apunta al morbazo. Laporte, en cambio, es baja por sanción y la duda reside en el empleo de la fuerza sin control de Williams o el desparpajo de Córdoba.
El Madrid también tiene razones para el llanto, aunque dos menos desde el empate del Barça en Valencia. Sus opciones pasan por llegar al Clásico del 23-D con esta desventaja o una inferior. Pero, como al Athletic, casi todo se le ha ido abajo sin razón aparente: Cristiano y Benzema sólo suman dos goles, Kroos una asistencia y Modric ninguna, en la Copa se llevó un susto... Vive de Isco, máximo anotador y máximo asistente en la competición. La bandera del Madrid. Quién lo hubiera dicho hace sólo un año.
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