Emery y Neymar empiezan a entenderse para alivio del PSG
Entrenador y jugador del PSG limaron asperezas antes del último parón internacional. El delantero brasileño se mostró al principio tímido.
El pasado verano Unai Emery le dijo a la directiva del PSG que le respaldara o se desprendiera de él. Había sido una temporada más bien decepcionante: el 6-1 ante el Barcelona y la victoria en la liga del Mónaco hicieron que la Copa y la Copa de la Liga supieran a poco. Para dar el salto en Europa que le exigían el PSG (el sueño es la Champions) debía fichar titulares.
La llegada de Neymar y Mbappé fueron un voto de confianza a Emery que debía conectar con el brasileño: éste vino para ser el líder y así debía tratársele. Es uno de los fuertes de Emery: las distancias cortas. Ya le había salido bien dar de comer por separado a Villa o a Reyes.
Neymar necesitaría tiempo para adaptarse. A principio de temporada los dos tuvieron una conversación agradable, pero más bien superficial. El brasileño se mostró tímido, ojos caídos, su lenguaje corporal sugería una timidez que no se ve en el campo. En lugar de exigirle miles de cosas tácticas, se le dejó jugar a su aire para poco a poco ir situándolo en la zona donde su influencia fuera cada vez mayor.
Los resultados fueron confirmando que este PSG es especial: imbatido tras once victorias y dos empates, y con un espectacular 24-1 en la Champions que ya les clasificó para los octavos de final. Mientras tanto el equipo recibía presiones interesadas que buscaban la desestabilización. Por un lado, la prensa francesa no le perdona ni una al entrenador español y publica todo lo que uno de los miembros de la plantilla, desairado, explica. Por otro, entrenadores que aspiran a llegar al club, flirtean con la posibilidad de reemplazarlo.
Así, las dificultades para disfrutar el traslado a Francia de Neymar, similares a las que tuvo en Barcelona, o sus reticencias a escuchar largas discusiones tácticas fueron convertidas en hechos que confirmaban un divorcio “irreparable” con Emery, cuyo futuro se ponía en duda. El director deportivo y el presidente del club insistían en la falsedad de las “informaciones”.
El jugador y el preparador volvieron a hablar casi una hora antes del último parón internacional y ahí sí empezaron a entenderse, y a compartir deseos y dudas. “No tengo problemas con Cavani, ni con Emery. Se están inventando historias”, dijo Neymar recientemente. Pero siempre es más ‘sexy’ hablar de controversia que del inevitable proceso entre personas que se acaban de conocer en un entorno nuevo.