Messi descansó por precaución y porque "contra el Valencia nos jugamos media Liga"
Valverde tenía en mente hace tiempo dar un descanso a Leo, las pruebas médicas fueron determinantes ante la sobrecarga de partidos.La figura de Pepe Costa fue clave.
La suplencia de Messi en el Juventus Stadium fue una sorpresa en toda regla. De entrada, el club manifestó que se trataba exclusivamente de una decisión técnica, aunque luego, otras fuentes desde dentro del vestuario reconocieron que el jugador corría riesgo de lesión ante la sobrecarga de minutos que arrastraba a pesar de que no tenía dolores ni molestias.
La cuestión estaba para Valverde en hacerle entender a Messi que era conveniente regular los minutos, empezar desde el banquillo y reservarse. El argumento principal se encontró mirando la clasificación y el calendario de la Liga. El Barça juega el domingo en Mestalla ante el segundo clasificado, al que aventaja en cuatro puntos. Dentro del vestuario barcelonista se ha escuchado la frase de que “en Valencia nos jugamos media Liga”.
Y es que un triunfo en Mestalla le daría al equipo catalán una ventaja más que notable al frente de la clasificación que le permitiría ganar un margen respecto a sus perseguidores a los que obligaría a no equivocarse ya más en lo que queda de Liga antes de llegar a diciembre.
Tras el partido ante la Juve, Valverde reconoció que “Messi tiene acumulación de partidos y alguna vez pensamos que entrara en el segundo tiempo. Creímos que sería cerrado el partido en la primera parte y así fue. Luego, en la segunda parte, salió e hizo lo esperado. ¿Si fue pactado? Eso es cosa de orden interno, pero si llega a salir mal y perdemos ahora estaría aquí esquivando las balas”.
Para convencer a Messi de que era conveniente empezar en el banquillo el técnico barcelonista habló primero con Pepe Costa, el hombre de confianza de Leo dentro del vestuario que estuvo de acuerdo con el planteamiento del entrenador e hizo de puente para explicarle a Messi durante la semana la idoneidad de la medida, pues esta no era una cuestión a tratar en la charla previa al partido en el hotel de Turín. Messi no sólo no puso ningún inconveniente, sino que aceptó el trato de buen grado, como se pudo comprobar al verle sonriente y haciendo bromas en el túnel de vestuarios mientras salía camino del banquillo con el resto de los suplentes.
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