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¿Qué fue de Catanha?: la Gaviota que sobrevoló LaLiga

El delantero hispano-brasileño pasó por casi todas las categorías del fútbol español. Málaga y Celta son los equipos en los que más destacó. También llegó a debutar con la Roja.

Catanha en su etapa en el Málaga.
Catanha en su etapa en el Málaga.

Moviendo los brazos como si de alas se tratase, simulando mejor que nadie a una gaviota en los terrenos de juego. Así celebraba sus goles Catanha, que se ganó el apodo de Gaviota en LaLiga. La celebración surgió en un partido entre Las Palmas y el Málaga. “Estábamos en el paseo marítimo de Las Palmas en la previa del partido, vimos unas gaviotas y dijimos que si hacíamos un gol lo celebraríamos imitándolas. Con el 1-0 en contra, marqué el empate y lo celebré así. Y desde entonces…”, contaba Catanha en una entrevista con AS. De orígenes muy humildes, era uno de esos jugadores que se curtió bajo la batuta de ese fútbol de calle tan propio de Brasil. "Soy un futbolista callejero”, se define. 

Catanha, en su etapa como jugador del Celta.
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Catanha, en su etapa como jugador del Celta.ANGEL MARTINEZDIARIO AS

En España voló con más fuerza en equipos como el Málaga y el Celta, pero la Gaviota nos dejó fútbol desde las categorías más bajas a la máxima división española. “No me importan los campos, si son buenos o malos. Sólo quiero jugar al fútbol y disfrutar. He jugado en San Siro o el Bernabéu pero también en campos como el del Estepona o el Linares”, explica la Gaviota. Nacionalizado español, reside en Málaga y no ha colgado las botas de manera oficial, aunque se está preparando para ser entrenador. “Si sale algún proyecto que me guste aceptaré. Todavía me veo con fuerzas para seguir jugando, pero prefiero seguir formándome como entrenador”, destaca.

Coincidió con Ronaldo en el Sao Cristobao

Henrique Guedes da Silva (Recife, Brasil, 6 de marzo de 1972), más conocido como la Gaviota, empezó a formarse como futbolista en las categorías inferiores del Fluminense donde recaló con apenas 13 años. Sao Cristobao, donde coincidió con un joven Ronaldo, CSA Alagoas, o Union Sao Joao, fueron los otros equipos de la segunda división brasileña por los que pasó hasta que en 1995 firmó por el Belenenses de la Liga portuguesa. “No tenía expectativas, pero al final fue una buena experiencia”, destaca el exinternacional español.

Catanha con el pasaporte español.
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Catanha con el pasaporte español.

El Salamanca de Segunda División sería su primer equipo en España pero sin lograr mucho éxito con los salmantinos se marchó cedido al Leganés, donde empezó a despuntar. Catanha, que fue maestro de un joven Eto’o cedido por el Madrid en el cuadro pepinero, formó parte de ese equipo que hizo soñar a Butarque con el ascenso a Primera División en la 97-98. Pero en la ciudad del sur de Madrid solo pudieron disfrutar del delantero brasileño durante una temporada. “Estuve muy poco tiempo, pero guardo mucho cariño de mi paso por allí”, asegura. Y sobre su relación con Eto’o destaca que eran “muy amigos”. “Era muy buen chico”, añade.

Segundo máximo goleador de LaLiga, empatado con 24 goles con Hasselbaink

Málaga sería la siguiente parada de la gaviota que se empezó a encontrar cómodo en nuestro fútbol. Tanto que en su primera temporada en La Rosaleda anotó 24 goles que contribuyeron en gran medida para que el club malagueño ascendiera a la categoría de oro del fútbol español. En la campaña siguiente, ya en Primera, la gaviota siguió goleando y rozó el pichichi con 24 dianas, empatado con Hasselbaink. Salva Ballesta fue el que ganó este trofeo al máximo goleador con 27 tantos. En estos años se nacionalizó como español y recibió la llamada de la Selección dirigida por Camacho, ya que no había disputado ningún partido con Brasil. Disputó tres partidos con La Roja en la fase de clasificación del Mundial de Corea y Japón. “Fue un sueño hecho realidad”, cuenta Catanha al recordar el día que recibió la llamada de la Selección española.

El delantero hispano-brasileño, Catanha, que debutó hoy con la camiseta de la selección española, disputa un balón con un contrario durante el partido clasificatorio para el mundial del 2002 disputado entre las selecciones de España e Israel en el estadio Santiago Bernabeu.
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El delantero hispano-brasileño, Catanha, que debutó hoy con la camiseta de la selección española, disputa un balón con un contrario durante el partido clasificatorio para el mundial del 2002 disputado entre las selecciones de España e Israel en el estadio Santiago Bernabeu.OSCAR MORENOEFE

En el año 2000 aterrizó en Vigo para firmar por el Celta por 12 millones de euros, convirtiéndose en el fichaje más caro de la historia del club gallego hasta hace apenas unos meses cuando se pagó 13 millones de euros por el turco Emre Mor. En Balaídos siguió con su baile de goles, con sus celebraciones haciendo la gaviota: 18 goles dejó en cada una de las dos primeras temporadas en las que vistió la celeste; las otras dos restantes se quedaron lejos de los números goleadores a los que acostumbraba, con seis goles sumados entre las dos.

Compartió vestuario con su hijo, también delantero

En Galicia pasó del éxito al fracaso en tan solo unos años. De disputar la Champions a sufrir un descenso. Su nivel, como el del equipo, fue bajando y decidió emprender una nueva aventura en Rusia donde jugó en el Krylya Sovetov. Tras volver, siguió añadiendo destinos a su currículum como futbolista jugando en el Belenenses y después en el Atlético Mineiro y Marília de su país. En 2005 volvería a España, esta vez para jugar en Segunda B en el Linares durante tres temporadas.

Catanha en el duelo de Champions entre el Celta y el Slavia de Praga.
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Catanha en el duelo de Champions entre el Celta y el Slavia de Praga.LALO VILLARDIARIO AS

Tras un periodo sin equipo, recala en el Estepona de Tercera División donde jugaría hasta 2010. Tras esto, se empieza a entrever su retirada pero aún quedaría Gaviota para rato. “Me encuentro bien y fuerte”, resalta Catanha. En 2016, ficha como entrenador-jugador por el U.D. Dos Hermanas San Andrés donde compartió vestuario con su hijo, también delantero. “Coincidir con mi hijo fue algo muy grande. Nunca me lo imaginé”.

Ahora, se forma como entrenador y espera seguir al menos un año más por Málaga. Quien sabe si le veremos pronto volando en los banquillos de los equipos en los que nos dejó un recuerdo imborrable. Con 45 años, aún no quiere poner fin a su carrera en la que asegura que cumplió todos los sueños: Champions, máximo goleador en Segunda con el Málaga, segundo en la carrera por el pichichi en el 2000, internacional con la Selección… Su nueva meta: tener éxitos como entrenador.