Wembley merece otro Madrid
El equipo de Zidane, herido, se juega el liderato del grupo en su primera visita a La Catedral. Nacho suplirá a Varane. Estarán Kane y Dele Alli.
Wembley se construyó en 1923, fue demolido en 2002 y levantado lujosamente sobre la misma planta en 2007 sin perder su condición de Vaticano del fútbol. Allí se jugaron el Partido del Siglo (Inglaterra-Hungría, 1953), la final del Mundial de 1966 y de la Eurocopa de 1996. También fue sede principal de los Juegos de Londres de 1948 y de la final olímpica de fútbol de los de 2012. El Madrid nació en 1902 y desde entonces ha disputado 535 encuentros europeos, pero nunca hasta hoy se encontraron el club más reputado de la historia y el estadio más emblemático del planeta fútbol (sigue el partido en directo en As.com). El liderato en el grupo se ventilará en el mejor escenario y en el peor momento. Para el Real Madrid y para el Tottenham, realojado en La Catedral mientras se levanta el Nuevo White Hart Lane.
El equipo de Pochettino, que sólo había perdido uno de los trece primeros partidos del curso, cayó en los dos últimos, ante West Ham y Manchester United. En ambos faltaron Kane y sus goles. El ariete regresará hoy, quién sabe si en plenitud, y también estará Dele Alli, que aún no ha debutado en esta Champions porque la Comisión de Disciplina de la UEFA le impuso tres partidos de suspensión la pasada temporada por una brutal entrada a Djaegere, del Genk, en la Europa League.
El factor Dele Alli
Alli es el segundo goleador del equipo, un talento temprano que con 16 años ya estaba en la primera plantilla del MK Dons y que antes de cumplir los 20 era internacional absoluto. Un purasangre por domar. Este mismo curso le hizo una peineta al árbitro del Inglaterra-Eslovaquia y la semana pasada se vio envuelto en una pelea con el jugador del United Ashley Young. “Es muy joven y con un potencial enorme. Está buscando el equilibrio en la competición y en su vida”, le disculpa Pochettino, consciente de que el futuro de su estrella depende de su habilidad didáctica.
Pochettino, apóstol de Bielsa (“A mí me gustaba el fútbol hasta que le conocí”, bromea con admiración), se ha ganado fama de contracultural: “Se subestima al fútbol inglés. Ya no es el de hace 40 años, el de los pelotazos”. Como en Madrid, propondrá un juego elaborado sobre un fondo de tres centrales, la criptonita de Zidane.
El Madrid llega con tantas bajas (Keylor, Carvajal, Kovacic, Bale y Varane, el último caído) como incertidumbres, pero todo apunta a que Zidane mantendrá el rumbo, visto el decrecimiento del banquillo. Repetirán Casilla y Achraf, Nacho será pareja de Ramos y difícilmente se tocará nada más (quizá haya una opción para Theo). Ha sonado la alarma con Marcelo, con Casemiro, con Modric (ningún gol y una asistencia), con Kroos, con Benzema (dos goles en diez partidos) y con la pertinaz sequía de Cristiano, aunque en Europa es otra cosa. El equipo lleva seis partidos en apagón. La Liga está al otro lado del mundo. Pero quedan Isco y la Champions, último refugio del Madrid en muchos momentos difíciles de su historia. Pochettino, lo insinuó ayer, lo sabe y se lo teme.
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