Uno por uno: el Atlético alarga su depresión europea

Oblak. Un espectador en la primera parte, no recibió ni un tiro a puerta. En el 62' hizo la primera parada a un disparo de Almeida que se envenenó tras tocar en un rival. Bien colocado. Prácticamente no tuvo más trabajo.

Vrsaljko. No despejó dudas. Probó con alguna subida que no terminó en nada. El Cholo tiró de su potente saque de banda para bombardear el área, pero no transmitió consistencia desde su posición, ni en defensa ni en ataque. Mantuvo un pulso con Henrique que no manejó con solvencia.

Giménez. Volvía al once y no quería bromas. Correcto al corte y en el despeje. Mucha presencia en el área rival, rematando hasta dos veces con claridad y peinando los saques de banda de Vrsaljko. Fue creciendo en confianza y eso casi le cuesta caro al equipo en el 70', cuando perdió un balón sin sentido en la salida.

Godín. No contuvo con la solidez de otras tardes y se le vio sufrir en las contras que iba tirando el Qarabag. En una de ellas se la jugó con Ndlovu en el área. Hubo contacto, pero Buquet interpretó que el delantero local exageró y vio la segunda amarilla. Terminó el partido de delantero centro y llegó a probar a Sehic. Al uruguayo se le nota el desgaste de este mes.

Filipe. Alternó aciertos y errores. Una de sus pocas incorporaciones terminó con un buen pase a Gaitán en el área, quien mandó la pelota a las nubes. Después pifió una entrega a cinco metros sirviendo el balón en bandeja a Madatov muy cerca de la portería. Intentó activarse en ataque en la segunda mitad, pero ni encontró asociación ni él anduvo fresco de ideas. Además, le cazaron mal colocado en dos peligrosos contragolpes.

Gaitán. Voluntad sin precisión. Saltó al campo obsesionado con ser vertical, su misión, y arriesgó con varios pases para superar líneas que no encontraron compañero. En el 25' se presentó en el área para recibir un pase de Filipe, pero su remate se fue alto. Intentó dar aire fresco y velocidad al ataque. Lo intentó todo, pero no acertó casi nunca.

Gabi. Sin trascendencia con la pelota, demasiado vertical. Encontró un pase con intención hacia Griezmann en la jugada en la que el francés terminó fallando una gran ocasión. Después recuperó muy bien en un contragolpe para robar al borde del área tras, precisamente, una pérdida suya. Anduvo listo en el 83' para aprovechar un regalo de Sehic, centró y Torres cabeceó fuera, quizá siendo objeto de penalti.

Saúl. Trabajo y poco más. En el 11' tapó un socavón y llegó a frenar un remate de Richard dentro del área. Patrulló con gran desgaste por el centro del campo, pero se echó de menos su llegada en ataque. Tan solo un remate de cabeza en el 36', que no encontró premio. Se diluyó en el farragoso partido de su equipo.

Carrasco. Demasiado volcado en hacer la diagonal al centro más que en desbordar por fuera. Tras varios fogonazos que no terminaron en nada, en el 26' Griezmann le dejó solo ante Sehic, pero el belga, algo atropellado, no resolvió bien el mano a mano. Romo y algo lento, no dio soluciones ante un Qarabag perfecto en la transición defensiva. Su talento debía ser la llave para entrar, pero sin noticias.

Gameiro. Comenzó correcto, jugando y descargando de espaldas, pero le faltaba un buen desmarque. Llegó en el 23', cuando Griezmann le filtró bien, pero el ex del Sevilla no acertó a controlar. Su mayor acierto fue la pared que le devolvió a Griezmann de tacón en el 38', pero el 7 se estrelló en Sehic. Se le observó contrariado y algo ansioso. Cometió incluso algún error para perfilarse para recibir y controlar. Era su oportunidad, por fin como titular. Casi no se hizo notar.

Griezmann. Como ante el Barcelona, acusó falta de precisión en la primera mitad. Había encontrado bien a Carrasco en el 26' y con Gameiro arriba podía descolgarse con más libertad entre línea. Pero falló en la definición con su pierna buena en el 38'.

Thomas. Entró por el errático Giatán para poner orden en la circulación y montar el último asalto a la portería de Sehic. El equipo manejó mejor la posesión desde ahí, con más serenidad, pero no fue suficiente, ni siquiera ante un rival en inferioridad.

Torres. Con el Qarabag recluido, Simeone le puso en el campo para tener presencia en el área. La tuvo en el 83' cuando Gabi le puso una pelota bombeada que remató fuera cargado por la espalda por un defensa. El Atlético reclamó penalti. Después, en el 92', mandó un buen pase al punto de penalti que no encontró rematador por poco. Tampoco fue la solución.

Correa. Saltó al campo decidido a cambiar el ritmo del partido. Lo fue consiguiendo en parte, pero sus acelerones se fueron quedando a medio camino ante una tupida y organizada defensa del Qarabag durante la segunda parte. Quizá le faltó más tiempo en el campo para influir más decisivamente en el juego.

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